
Un puñal sigue a Julia muy de cerca hiriéndola a cada paso, desangrándole el alma, y ella lo sabe... lleva callando años pero ya no puede más, tendrá que ingresar a su hija y lo sabe, dolorosamente lo sabe.
Julia Carmona tuvo hace quince años una hija, aquel inolvidable cuatro de agosto de mil novecientos noventa y cinco culminó el sueño de su vida, su deseo máximo, su creación: a las once y diez de la mañana nacía Paula, su niña, su angelito chiquito, su orgullo, su paz... atrás habían quedado tres infructuosos intentos de fecundación in vitro que habían hecho trizas sus ilusiones, sus nervios y su desesperación; pero ahora, con su hija en los brazos, todo aquel periplo y calvario quedaba muy atrás, estaba superado.
Ni a ella ni a Manuel, su marido, le quedaron ánimos -ni dinero- para intentar conseguir un segundo embarazo, después de todo, ya tenían a Paula con ellos, y ambos eran plenamente felices con aquella niña preciosa, absolutamente maravillosa, y que les había nacido gracias a Dios, fuerte y sana.
La vida sonreía a los Medina-Carmona, fueron años de miel aquellos en los que veían día a día hacerse cada vez mayor a su niña, que crecía feliz en un hogar armonioso y rebosante de cariño por los cuatro costaos... !cuantas veces había recordado Julia aquellos primeros años de Paula!, igual que aquel día en que por primera vez la llevó al colegio, cogidita de su mano, preciosa, con su uniforme azul de cuadritos y su pequeña mochilita rosa... !qué tiempo tan feliz!, y Julia recordaba como si fuera ayer los besos que le dió a la puerta de su clase, y cómo se quedó toda la mañana en la cafetería de enfrente del cole esperando a que tocara la sirena para ir enseguida a por ella, toda esa mañana con el móvil en la mano, sin soltarlo, por si la llamaba su maestra.
Pero pronto en el colegio las profesoras comenzaron a llamarlos para manifestarles que Paula no era participativa, que no atendía, que se evadía de continuo, que reaccionaba con brusquedad frente a cualquier acto de sus compañeros; aunque a ellos no le parecían más que cantinelas, cosas de críos, era pequeña y no le gustaba la escuela ni los deberes, eso era todo, !qué iban a hacer!, al fin y al cabo, no todo el mundo podía ser ingeniero de telecomunicaciones... y Paula, seguía creciendo arrastrando suspensos, llamadas y quejas de profesores, cambiando de colegio, pero querida cómo nadie por toda su familia. Era, indudablemente, la principesa de la casa.
(Continuaré la historia en la siguiente entrada)
Hola sevillanita guapa.
ResponderEliminarBueno parece que ese comportamiento tiene que tener una causa lógica, o puede que sea fruto de la vida en que vivimos hoy?
Veremos la continuación.
Un abrazo.
Ambar.
AMBAR, millonazo de gracias por el comentario... parece que tengamos telepatía corazón, porque hace un poquito he estado en tu rincón leyéndote... pues, ya veremos lo que sucede en la continuación, pero sí, por ahí van los tiros, por la vida que llevamos y la pérdida de valores constante.
ResponderEliminarMil besitos gordotes
TOÑI, antes que nada, quiero darte la bienvenida a este blog, que es compartido, y es que he visto que en la anterior entrada se me olvidó, y nada más lejos: bienvenidísima, corazón, estoy encantada de tenerte aquí conmigo.
ResponderEliminarMillonazo de besotes
Creo que es un poco la sociedad que estamos creando entre todos, donde, a pesar de existir tantos medios para comunicarse ( véase, televisión, internet, periódicos, teléfonos móviles) y todo el mundo anda "conectado", pues, paradójicamente, no existe comunicación.
ResponderEliminarY luego nos quejaremos de lo que está pasando a nuestro alrededor.
No sé, pero todo esto no tiene ningún sentido. Y no me gusta hacia dónde estamos marchando ... a paso ligero.
Un besazo.
Deseando estoy de leer la continuación.
ResponderEliminarVeremos a ver...
Besos, niña!!
ESPERARÉ POR JULIA...
ResponderEliminarQUE NO SEA UNA TRAGEDIA
SALUDOS QUERIDA AMIGA MIA
Pero... ¿y ahora como me aguanto no saber qué pasó? apm, bonita, me has dejado en ayunas, y yo que venía leyendo embalada derechito hasta el final y aquí me quedé en la dulce espera :)
ResponderEliminarMe gusta, me gusta, un texto que clama por la continuación es un texto que vale la pena.
Besotes, muchos.
Muy buena la historia; habrá que esperar a ver cómo continúa.
ResponderEliminarSaludos
Me complace volver a leer una de tus buenísimas historias, aunque esta parece que no va a ser muy feliz...Bueno, las historias son así, a veces nos hacen reír y otras nos ponen a reflexionar.
ResponderEliminarTe quiero amiga: DK
Ayayayayyyy, que esta historia no pinta nada bien...! Y sin embargo, ya has creado ese suspense, esas ganas de querer seguir leyéndote, así que.... date prisa, corazón!!!
ResponderEliminar:-)
Mil besos!!!!!
Siempre consigues dejarme en suspenso y con mil teorías en mi cabeza de los factores posibles que estén alterando a la protagonista, es para mí un placer leerte.
ResponderEliminarEspero la continuación, un abrazo grande y especial, mi querida amiga.
Hola... para todos los niños y niñas creo yo, el ingreso al colegio marca el fin de un mundo, ese mundo protegido e íntimo de pronto es trocado por un espacio repleto de otros yoes que de alguna forma son una amenaza. Ay, pobre de los y las que no se comportan como la media y tienen otras formas de sentir y de reaccionar, la diferencia siempre trae problemas en un mundo discriminador con una educación que olvida que Educar significa "sacar de adentro" y no imponer desde afuera... bueno eso he sentido al leer tu post... estaré atenta a la continuación para ver que sucede.
ResponderEliminarUn gusto haber llegado por acá.
Mi saludo fraterno desde el confín austral!
Me has dejado con la miel en los labios tengo ganas de saber como termina la historia, pero me da que termina mal.
ResponderEliminarSi no te importa me quedo un ratito, me gusta.
Besos la maga curiosa.
Estoy deseando que sigas. estoy segura de que esta historia va a ser muy interesante.
ResponderEliminar!Que de cuantísimos comentarios!, ahora mismo os contesto uno a uno, pero antes que nada, quiero darle la bienvenida a este blog a dos amigas: MAGAMERLIN y EVA MAGALLANES, bienvenidísimas las dos, espero y deseo que os sintais aquí como en vuestra casa, porque éste, es un blog compartido, mío y vuestro, de todos los amigos que me acompañais... chicas, gracias por venir y quedaros.
ResponderEliminarUn besote supergordote para cada una.
RAMPY, millonazo de gracias por el comentario, corazón... Rafa, en ésto -como en otras muchísimas cosas-, pienso igual que tú. No me gusta hacía a donde estamos marchando a paso ligero... no, no me gusta nada.
ResponderEliminarLo has clavao hijo mío, el relato es exactamente eso: falla la comunicación y los valores, somos demasiado permisivos, sin criterio cierto, a medias tintas siempre, a veces sí y a veces no... y luego, nos sorprendemos de ¿cómo hemos podido llegar a ésto?
Millonazo de besotes, que ya sabes que gordos gordos.
LOU, muchisimas gracias por el comentario, reina... pues nada, enseguida cuelgo la continuación, que no quiero yo tenerte en ascuas, a ver si mañana puedo, que hoy ya no son horitas.
ResponderEliminarMil besitos gordotes
ABUELA, millonazo de gracias por el comentario... pues, ya te adelanto que sí, que es una tragedia, una cada vez más cotidiana... !y las estadísticas creciendo!.
ResponderEliminarBesotes, besotes y besotes... enormessssss
LILI, millonazo de gracias por el comentario, reina... pues es que mira que horitas son !cerca la una de la madrugada!, y mañana a las siete indefectiblemente sonará mi despertador, así que no me queda otra que dejar la continuación de la historia para mañana cuando vuelva de la oficina, pero total Lili, como mañana ya es hoy, ya no falta casi ná, lo que se dice ná
ResponderEliminarCien mil besitos gordísimos
JOSE LUIS, !que alegria!, pero qué alegría más grande por dios... qué me ha encantao ver tu carita y leerte, ahora mismo cuando acabe de responder, te pincho (en el buen sentido, ya sabes, en el nombre, con el ratón del ordenador), para poder ir a tu blog y leerte y conocer lo que has publicado que, dada tu fecundidad creativa, presumo que será muchísimo... !que alegría me has dado, chiquillo!, en serio te lo digo.
ResponderEliminar!tremendo alegrón!
Millonazo de besotes enormes
DORA, millonazo de gracias por el comentario... sí, tienes razón, las historias son como la vida, a veces alegres y a veces tristes, ésta la verdad no tiene un final feliz, como bien intuyes... hoy ya es muy tarde, así que mañana pondré la continuación.
ResponderEliminarMil besotes a rebosar de cariño, sabes que yo también te quiero una jartá -como coloquialmente decimos en Sevilla- (esto es, mucho pero que mucho)
MERCEDES, millonazo de gracias, corazón por el comentario. Cierto, la historia no pinta bien... y mira que tenían todas las papeletas para que les pintara bien, pero no, no hay final feliz. Mañana cuelgo la continuación.
ResponderEliminarBesotes gordisísimos
CANTO en FLOR, millonazo de gracias por el comentario, reina... bueno, sigue con las teorías y las posibles variantes un poquito más por favor... ahora son la una de la madrugada y ya debería estar en la cama y dormida, que mañana tengo que madrugar para ir al trabajo... cuando vuelva, cuelgo la continuación para que todo se destape ¿vale?
ResponderEliminarMil besotes gordotes y sonoros
EVA, millonazo de gracias por el comentario, corazón... sí, tienes razón, el ingreso en el cole troca indefectiblemente el mundo hasta ese momento del niño, pero también es importantísimo para él en su crecimiento personal y en su socialización, en su interacción con las normas, con los demás, y con lo que debe ser -que no es siempre lo que quiera el niño-, ni debe ser el niño el que siempre tenga la última palabra e imponga su voluntad... mañana pondré la continuación y destaparemos entre todos la trama ¿vale?
ResponderEliminarMillonazo de besitos gordos
MAGAMERLIN, millonazo de gracias por el comentario... !ay, has acertado de pleno con esa intuición que tienes!, no termina bien, termina como tiene que terminar, no es posible de otra manera, pero el final no es feliz... mañana cuelgo la continuación.
ResponderEliminarMillonazo de besotes enormísimos
FRAN, millonazo de gracias por el comentario, reina... pues eso espero, que te resulte una historia interesante cuando cuelgue la continuación !eh!.
ResponderEliminarBesotes gordisísimos
Por fin tras la marcha de los oscuros nuvarrones, luce el sol y puedo venir a leer y disfrutar de tus escritos.
ResponderEliminarNo es de extrañar que con tanto exceso de información-desinformación la gente se vuelva autista y los niños se revelen y se antepongan un muro para protegerse.
Besos desde aquí otra vez
Manel