domingo, 24 de noviembre de 2013

alicia casi no vive aquí



Yo vivía en mi blog y mi blog vivía en mí, y el tiempo, vivía entonces entre ambos... el tiempo, el impetuoso tiempo, el perecedero tiempo, el deseado tiempo, vivía entonces -y bien digo entonces-, armónicamente entre nosotros.
Hoy, aquello se me asemeja entrañable, como el olor a pan recién hecho o a ventanas abiertas con raudales de aire fresco y sol; hoy, llego exhausta (casi) a esta mi casa, !cuesta tanto conseguir derechos y se pierden tan deprisa!.
Muchas veces pienso que, en este mundo devorado por la avaricia, cuesta tener claro quien es dueño de quien, y francamente, más de una vez me he preguntado porqué es tan difícil discernir entre si posees cosas o en cambio, son las cosas las que te poseen a tí... ¿quien es el dueño y quien el esclavo?.
Yo deseo tiempo, un tiempo que no poseo y que, de momento, no puedo poseer, y, no puedo entonar el mea culpa porque resulta que soy un peón, una pieza más arrastrada por esta vorágine de trabajo precario, de salarios recortados, y de jornadas laborales extralargas; por esta vorágine de miedo al desempleo, y angustia, muchisima angustia a perder el trabajo a una edad en la que, ni eres joven para emigrar, ni tampoco vieja como para jubilarte... es, la letanía de la generación de mi edad, el mantra triste de muchos ciudadanos españoles de más de 45 años.
En algo contigo, mi otro blog, escribí un poema que finalizaba diciendo que el gran Rabindranath Tagore decía que, algo maravilloso vendrá, no importa lo oscuro que esté el presente. Hermosas palabras, sin duda, no en vano le dieron el Nobel, sin embargo, cómo en el poema, sigo pensando más bien en la desesperanzada incertidumbre del ¿hasta cuándo estaremos esperando a Godot?.
Y por si acaso tardo en publicar: mil besitos gordotes querid@s