lunes, 5 de diciembre de 2011

para no herir sentimientos



A veces tengo que tragarme
palabras para no herir
sentimientos,
 tengo que escuchar
una y otra vez
la misma cantinela,
mostrando a cada instante
inusitado asombro y novedad,
 para no herir sentimientos.

A veces, los momentos
me superan,
la perplejidad me devora,
y me parte en dos
la piedad
ante la realidad cotidiana
de lo razonable,
pero tengo que sonreir
para no herir sentimientos.

Hoy necesito gritar,
gritar que no estoy hecha
de hormigón armao,
que las palabras me queman,
que los oídos me queman,
que la sonrisa me quema,
que efectivamente,
nada resulta inamovible,
pues lo caótico y
lo pronosticado,
caminan siempre de la mano.

La vida, es un contínuo
recomponer de cristales rotos,
y a veces, somos desbocados
quijotes frente a molinos, 
 otras, expectadores subrealistas, 
cual magno cuadro de Dalí.



Antes que nada, y una vez más, quiero daros millonazos de gracias por vuestro cariño, por tantísima energía positiva y tantos ánimos que me habéis mandao... que os digo, me han llegao al alma y bien que me han ayudao a levantar ese ánimo que a veces las circunstancias se empeñan en hundir, aún cuando no lo consigan... poco a poco superando problemas, vuelvo a publicar... !esta vez un poema, y es que en todo este tiempo he escrito sobretodo poemas!, y no me lo explico, pues me resulta muchísimo más fácil expresarme en prosa que en versos... pero en fín, me salieron versos, muchos versos. No obstante, volveré al redil y la próxima entrada será en prosa, un relato sobre un tal Matusalem Jimenez... 
Besotes gordos a tod@s,