
Nos quedamos en que Trini, después de haber probado sus juguetes eróticos y haberse quitado la venda de los ojos, decide llevar a su amiga Reyes -ama de casa madurita como ella-, a La pradera de los gatos felices
Eran las cinco y media cuando Trini y Reyes, peripuestas, con los bolsos colgados en bandolera y cogidas del brazo, entraron en La pradera de los gatos felices, la tienda en ese momento estaba sin clientela y Mary, aprovechaba el impasse recolocando los artículos eróticos en las estanterías.
En cuanto las vió entrar, lo supuso, -psicología de una vendedora de sex shops, o mera intuición femenina, o ambas cosas a la vez-. Sin embargo, esperó a que Trini, -a la que por supuesto reconoció-, se dirigiera a ella y tomara la palabra. Trini, con desparpajo, de inmediato le presentó a Reyes, resumiéndole en un pis pas la situación: su amiga, como ella, estaba en la inopia misma del sexo, y era no solo de justicia sino también de caridad cristiana, darle una clase de juguetes eróticos, para que Reyes pudiera gozar -igual que ella-, de las solitarias mañanas de una ama de casa... y lo de solitarias mañanas lo dijo adrede con retintín, mientras medio le guiñaba un ojo a Mary, en señal inequívoca de complicidad... a Mary, la escena, que en otro momento y con otras interlocutoras le avivaría la perspicacia, le resultó sin embargo de una ternura casi maternal, y con su natural simpatía remató:
- Pues claro que sí, que siempre hay cosas nuevas por aprender y por descubrir, así que las alumnas, que vengan conmigo.
Y allá que se llevó de turné por cada rinconcillo de la tienda a Trini y a Reyes, que la miraban con ojos como platos, y le hacían preguntas que no sabía catalogar si de increíbles o de alucinantes, pero claro, cincuenta y nueve años eran cincuenta y nueve años, y absolutamente un honor para ella que aquellas dos mujeres que podrían ser su madre, pues eran chispa más o menos de la misma quinta que su madre, estuvieran allí queriendo aprender a disfrutar del sexo con juguetes eróticos; solo le faltó arengarlas con un: !fuera complejos, viva la liberación y el placer!, pero se contuvo y siguió con las explicaciones, sintiendo in crescendo una indudable corriente de simpatía y cariño especial por las dos.
Tras la lección, ambas alumnas salieron de la tienda con sendas bolsas que dejaban entrever la compra de productos de La pradera de los gatos felices.
Las visitas a la tienda, -que siempre eran por las tardes y recién abierta ésta- se hicieron habituales, y de cuando en cuando, las visitas traían compañía, y a la compaña, había que darle también un cursillo acelerao de sexo con juguetes eróticos... la relación de cariño de Mary hacía ellas y viceversa, se fue fortaleciendo y consolidando: eran sus chicas del club, y si transcurrían diez o quince días sin que pasaran por la tienda, Mary se preocupaba y las llamaba a casa, por supuesto, con claves convenidas para que nadie que las oyera pudiera sospechar de qué hablaban ni qué se traían de por medio.
Una tarde de sábado lluviosa, cuando Reyes, Trini, Ana y Paquita entraron a la tienda, se encontraron que en el rinconcito más bonito y coqueto, con letras cursivas en dorado, enmarcado en un cuadro se leía: "el club de las chicas de ayer", y bajo el letrero, colocados en estantes, los juguetes y productos más demandados por ellas, por sus chicas... las cuatro se quedaron boquiabiertas y le preguntaron a Mary que qué era aquello.
Mary, llena de orgullo y satisfacción, les dijo que unas reinonas como ellas, por supuestisimo que merecían tener su propio rincón, un lugar muy especial en la tienda. Las risas no tardaron en aparecer, y con las risas, los abrazos, achuchones, besos, y un unísono gracias Mary que les salió como si orquestado por el mismísimo Barenboim, coral y perfecto, y Mary, con esa sonrisilla maravillosa que siempre les dedicaba, les dijo:
- !Es que no merecéis menos!, y hasta podríamos abrir una página web: el club de las chicas de ayer por internet...
pero esa, será otra historia... otra historia querid@s, otra historia.
He tardado mas de lo que debiera en colgar el final de esta historia, perdonad por favor... ya sé que ahora será más difícil acordarse porque la dilación del tiempo complica seguir el hilo, lo siento de veras, pero es que he estado con un digamosle "bajoncillo existencial", sin ganitas de nada -o de casi nada-, sin entrar siquiera al blog, abatida y apática...
ResponderEliminary no sé porqué, francamente, porque nada me pasa a mí, ni a mi familia, ni a mis amigos, ni a nadie de mi alrededor, ni tengo problemas, ni nada de nada (gracias a Dios), lo único así que podríamos decir preocupante es la alergia de mi hija, pero, ya estoy acostumbrada a fuerza de primavera tras primavera... aunque es verdad que ésta es algo peor porque la polinización es más cruel... enfín, que no sé que me ha pasado, pero que no tenía ganas de nada !que le vamos a hacer!, menos mal que ya parece que voy volviendo a mi cuerpo y a mi ser... y a mi rutina.
Muchisimas, muchísimas y más muchísimas gracias por vuestro cariño y esos ánimos que me habéis dejao en los comentarios y que me han sabido a gloria cuando los he leído... que de verdad, que como en la portada del otro (blog) os quiero mogollón, tanto como esos tropecientosmil huesos de la columna vertebral de una jirafa...
gracias infinitas.
Millonazo de besotes gordotes
Qué detalle tuvo la dependienta al dedicarles el rinconcillo a la señoras, eh?
ResponderEliminarMás apañá la Mary que pa qué...
Me ha gustado la historia, jamía. Vamos, que me ha encantado. Sí, porque la inocencia está claro que muchas veces no se pierde ni habiendo cumplido 50 años. :)
Y yastá. Y tú, niña, sigue ahí, dando caña, que yo entiendo (porque a mí me pasa) que a veces nos encontramos de bajón sin tener razones para ello. Pero no podemos evitarlo, joé.
Ná, un poquito de paciencia y a dejar que se vaya el mal rollo.
Ale, un beso enorme, guapaaaaaaaa!!!
Esperando quedaremos a otra historia,bien de las chicas de ayer o cualquiera que salga de esta pluma fluida de tus manos,que con o sin bajón fluye y bien.
ResponderEliminarUn beso
Pues te ha quedado muy bien ese final Apm, ya lo creo que se merecían rinconcito propio! Y me alegra verte un poquito mas animá!
ResponderEliminarTe dejo un abrazote y que pases un lindo fin de semana!
¿Que las bolsas de Trini y de Reyes "dejaban entrever" la compra que habían hecho? Ya me las imagino yo con los aparatejos sobresaliendo de las bolsas como saludando a los traseúntes, jajajajaja
ResponderEliminarAaaaaaay, apm, me he reído a carcajadas, más graciosa no pudo estar la historia, y con tu forma de contarla... resultó genial.
Claro, ahora quiero saber sobre la página web esa, ¿no nos dejarás demasiado tiempo con la intriga verdad? Porque si no te pasa nada y estás bajoneada, entonces no están permitidos ni la tardanza ni el bajón, he dicho ;)
Aunque te diré, que me gustaría que la página web se llamara "La pradera de los gatos felices"... ¡qué estupendo sería!
Besos, abrazos, cariños y ¡arriba ese ánimo!
Pues sí. Me ha encantado esta historia, al principio pícara y al final simpática y feliz. Puede que hubiese deseado que la pillasen pero eso sería quizá tópico y visto. No, la mujer de esa generación merece disfrutar de la sexualidad plena. Ese grupo de 59 se podría dividir en 2, las que claudicaron y se casaron y las que se quedaron solteras y luchadoras. Quizá a ambas las une la frustración no sé. Pero siempre habrá alguna excepción. Te apunto que las de 59 fueron las que en algunas consultas obtenían receta de anticonceptivos para "desarreglos del ciclo", las que puedieron ver por primera vez publicidad de compresas y viajar a Perpignan a ver cine prohibido o a comprar cosas que aquí no se vendían...
ResponderEliminarMil gracias por compartir estas historias.
Un abrazote inmenso.
Besos mil
Manel
Ay, que vas a ser víctima de la llamada astenia primaveral! Sí, sí, porque aunque los pajarillos cantan y las nubes se levantan, la primavera tiene también la otra cara de la moneda... Pero bueno, lo importante también es que las alergias estén (más o menos) controladitas. A ver si es verdad...
ResponderEliminar¿Y qué decirte de este simpático grupito de gatitas felices? Pues que me ha encantado! A ver si me las encuentro un día y me uno a ellas para hacer una excursión a esa pradera, jajajaj!
Mil besos y dosis masivas de energía positiva!! Mua!!
LOU, millonazo de gracias por el comentario, reina... sí, la Mary apañá como ella sola, más que un jarrillo lata, ya sabes, y las señoras, unas reinonas de categoría porque, efectivamente, como bien dices, la inocencia muchas veces no se pierde ni habiendo cumplido cincuenta años.
ResponderEliminarCelebro que te haya gustao la historia... y yo, ya voy volviendo en mí misma, ya sabes... millonazo de gracias por tus ánimos, eh!
Mil besitos regorditos
MIGUEL, millonazo de gracias por ese comentario tan llenísimo de cariño, de optimismo, de energía positiva de la buena buenísima, de vitalidad... y de tó. Muchísimas gracias, de veras, un gustazo tener amigos así, corazón
ResponderEliminarMil besotes regordotes
Claro que nuestras miradas son limpias porque miran a través del corazón y de los buenos sentimientos.
ResponderEliminarCuídate y que estés mejor. Yo te mando mi sonrisa de gratitud y de afecto.
Que disfrutes y nos sigas dejando tu ingenio y gracia.
Besos cariñosos y feliz semana.
Besotes gordotes.
Hasta cuando quieras que ahí estamos.
SOÑADORA, millonazo de gracias por el comentario... sí, unas reinonas de su categoría merecían un rinconcito así ¿a que sí?, no sabes cuanto me alegro de que te haya gustado la historia y su final; y te diré que sí, que ya me encuentro muchísimo más animá, de verdad, en gran parte, por todo vuestro cariño y vuestros ánimos: !gracias, gracias, gracias!
ResponderEliminarMil besotes mu gordotes
LILI, millonazo de gracias por el comentario... ja,ja,ja,ja, sí, ya me imagino yo también a las dos cogidas del brazo por la calle, cada una con su bolsa en la mano y pasando por entre los transeúntes atónitos mirando y mirando el entrever de marras de las bolsas ja,ja,ja,ja... y lo de la página web, será otra historia, una pradera de los gatos felices pero cibernética, claro... ja,ja,ja,ja.
ResponderEliminarDel bajonazo, -que según la médica es astenia primaveral-, estoy mejorando a pasos agigantaos... !ay Lili, como dice el refrán, por si yo no quería caldo, pues toma, taza y media!, si ya no me gustaba un pelo la primavera por lo de las alergias, ahora encima lo de las astenias !anda, que ya me vale!
Millonazo de besotes gordotes
MANEL, !Qué enorme alegrón el leerte, más aún el ver que has publicado de nuevo!... gran relato la trapería, hermoso y redondo, y con el añadido que da la fuerza y viveza que se transmiten en las letras al volver hacía atrás y escribir, ya me entiendes, no es igual que imaginar o inventar, para nada igual, mucho más vibrante los recuerdos evocados en escritos. Yo te echaba de menos, más de una y más de dos y más de cuatro veces me he preguntao ¿pero porqué no publicará Manel?... encantadísima pues de leerte, te he dejado un comentario que me ha sabido a gloria escribir. En cuanto a nuestras chicas, pues hombre, si estoy de acuerdo contigo en esa división que haces de las mujeres de la quinta del 59, pero quizá, esa división está en su salsa en una gran ciudad, las mujeres de esa época de los pueblos de la Andalucía profunda, -pongo por caso-, estaban años luz de recetas de anticonceptivos y de ir a Perpignan, ¿no?, también es verdad que esta historia está ambientada en una ciudad (pero no gran ciudad), aún cuando siempre pensé que ellas eran amas de casa venidas a la ciudad desde el pueblo una vez casadas, pero sí, tienes razón... las mujeres han recorrido una larga trayectoria en pocas décadas, realmente sí.
ResponderEliminarMillonazo de besotes enormísimos
MANEL, yo otra vez, que con la emoción resulta que se me olvidó ese "millonazo de gracias por el comentario" con el que comienzo siempre... ¿cómo no te voy a dar millonazos de gracias por el comentario?, pues claro que sí, !faltaría más!
ResponderEliminarMil besotes gordotes
MERCEDES, millonazo de gracias por el comentario, sí, sí, resulta que sí, que es la astenia primaveral: fui a la médica de la oficina y me lo diagnosticó, me ha mandado un complejo vitamínico que sigo tomándome, y mira, la cosa parece que funciona porque yo voy volviendo a mi cuerpo y a mi ser... !que anda que ya me vale, porque por si no tenía poco con la alergia de mi hija, ahora la astenia también... asquito de primavera (con perdón), pero ya sabes, cada quien cuenta la feria según le va!. ¿Y dices que te quieres unir a las gatitas en la pradera? ja,ja,ja,ja, pues ya sabes el slogan grupal: nunca es tarde si la dicha es buena, y pardiez, creo que es buenorra del tó... ja,ja,ja,ja !está claro que hay que unirse!, ya estamos tardando las dos.
ResponderEliminarGracias corazón por esas dosis masivas de energía positiva, que de verdad, tus ánimos y tu cariño me saben tal que a gloria bendita, hija mía.
Mil besotes bien gordotes
ALBERTO, millonazo de gracias por el comentario... que sepas que me ha encantao, ¿ves como no me traicionaba el instinto en lo de las miradas limpias?... !me ha encantao!.
ResponderEliminarYa estoy mejor, un arrechucho de la primavera, que por cierto, menuda cuesta arriba la primavera !deseandito estoy que pase!
Gracias por todo tu cariño y tu ánimo, corazón
Mil besitos gordotes
me encanta esta historia de erotismo "tardío", que me hace reir la candidez de las damas, y su picardía, tambien vemos, como a veces nos convertimos en muebles viejos, antes de tiempo.
ResponderEliminarsaludos querida apm
Pienso que hay tanto artilugio en el mercado para satisfacer las exigencias de las señoras, que los hombres se sienten intimidados, pensando (y con razón)en si la maquina superará al hombre.
ResponderEliminarTodas/dos pasamos por momentos de depresión, yo tuve un periodo terrible, hace como 4 años. Entrar a los foros, escribir y leer a mis amigos, me ayudó mucho
Recibe mi cariño y un besazo: Doña Ku
ABUELA, millonazo de gracias por el comentario... !ay, pues la verdad, la verdad, es que la encantadita soy yo con tus palabras y con que te haya gustado este cuento que, como tú muy bien defines, es de erotismo tardío y de candidez generacional!. Te entiendo en eso de que a veces nos convertimos en muebles viejos antes de tiempo, pero como todo en la vida es relativo, muy relativo, y depende del cómo, quien, cuando y donde... !y de tener a la mano una pradera de los gatos felices!!!
ResponderEliminarMil besotes mu gordísimos
DORA, millonazo de gracias por tu comentario, que tiene todo el arte del mundo: así que lo que les pasa a los hombres es que se sienten intimidaos por tantos artilugios eróticos... ja,ja,ja,ja, bueno, pues resulta Dora que también hay artilugios eróticos para ellos, un sinfin... y no creo que por eso las mujeres nos sintamos intimidás, ja,ja,ja.
ResponderEliminarRespecto a mi bajonazo, te diré que ya estoy restablecida !menos mal!, era astenia primaveral... así que con lo poquito que me gustaba la primavera (por lo de las alergias), ahora resulta que también da bajonazos que te dejan apatica total !es que de verdad, cada vez me entran más ganas de que pase y llegue el verano, que ni alergias, ni astenias, ni ná, y encima con vacaciones y playa!... a mí, lo que me ha ayudado -aparte del cariño y los ánimos de tant@s amig@s, que me han sabido a gloria-, es el complejo vitamínico con ginseng que me mandó la médica: mano de santo total.
Mil besotes bien gordotes
Está cómico este relato de la pradera de los "gatos felices"
ResponderEliminarMenudo desenlace.Jajaja!!!!
También ellos tienen sus recursos : las muñecas inflables.
Espero que la astenia primaveral esté superada.Y que tu niña se recupere de la alergia típica de los cambios de estación.
Gran beso gran!!!
CARMINA, millonazo de gracias por el comentario, reina... ja,ja,ja,ja... sí, tienes razón, también ellos tienen sus "juguetes", claro que sí, que los placeres con juguetes no están reñidos con ningún género.
ResponderEliminarRespecto a mi astenia primaveral, ya estoy estupenda... un complejo vitamínico con ginseng es lo que necesité para ponerme otra vez a tono conmigo misma, !quien lo diría, nada más que un complejo vitamínico!... lo de mi niña, sin embargo, no es tan fácil como para solucionarlo con un simple complejo vitamínico, !ojalá, pero no!, !aunque eso sí, se le terminará cuando se acabe la primavera!... y cada día que pasa, ya falta menos.
Mil besitos regordotes
CARMELA, perdoname corazón... la fuerza de la costumbre hija mía, es que tengo una compañera y amiga que se llama Carmen, pero que su familia e intimos la llamamos Carmina, y por eso y la fuerza de la costumbre -como te decía-, te he cambiao a tí el nombre poniéndote Carmina en vez de Carmela, y es que no te puedes imaginar la de veces al día que la llamo: Carmina ésto, Carmina lo otro... y luego en mi casa la miento un montón: que si Carmina me dijo ésto, que si va ha hacer aquello... pero enfín, que claro, hay más Carmenes, muchas, además de mi amiga y compañera Carmina, perdoname Carmela, por favor.
ResponderEliminarMillonazo de besotes mu gordotes