domingo, 17 de octubre de 2010

sangre


Anselma

La primera vez que recuerdo que mi tata me lo contó era yo chica, tendría como 6 ó 7 años, no más, luego, lo habré oído unas mil quinientas veces, no te exagero Inés, mil quinientas !pobre mujer!.
Al principio, no entendía porqué mi tata repetía tanto y tanto la misma historia, pero con el tiempo, no sólo lo comprendí, sino que además provocó en mí un sentimiento de unión y solidaridad con la tragedia de mi tata, un sentimiento algo adormecido por el tiempo pero vivo y doloroso que aún llevo aquí, en mi corazón. !La guerra, que cosa tan terrible la guerra!, !cuánto dolor arrastra, Inés!, !cuanto odio, cuanta miseria, cuánta sinrazón!, !cuánta sangre derramada!

- Eran más de las doce de la noche cuando nos despertaron los golpes en la puerta: "Benito Cuesta", "Benito Cuesta", gritaban los falangistas... enseguida nos pusimos en pie, y apenas abrimos el portalón, lo cogieron. Él, solo tuvo tiempo de darme el anillo de casados y el sello de oro de su padre, mientras se lo llevaban... me quedé llorando abrazada a los hijos, rezando y suplicando que no me lo mataran.
A los dos días, muy de mañana, después de las primeras campanas de la misa de ocho, vino Matea la del sastre a decirme que mi marido estaba muerto en la parilla del cementerio.

Lo contaba una y otra vez Inés, una y otra vez, !y cómo no contarlo si fue la tragedia de su vida!, el instante mismo que la partió en dos. Una cosa así es imborrable, imposible sacarla del torrente de tu sangre, !imposible!, !pobre Anselma!.

- ¿Y qué hizo tu tata? le pregunté a mi abuela.

- ¿Que hizo de qué?, me contestó.

- Pues, cuando le dijo la vecina lo de su marido muerto en el cementerio.

- !Que iba a hacer, hija!, enterrarlo, enterrarlo y llorar y callar, no podía hacer otra cosa. En aquellos tiempos Inés, las mujeres sólo podían sufrir y callar.




* fragmento de "La abuela Teresa"


38 comentarios:

  1. Este es un fragmento de "La abuela Teresa", ya sabéis, aquel cuento largo que me puse de tarea para las vacaciones de verano y que finalmente, terminé hace poco.
    Ya publiqué dos entradas de la abuela Teresa en junio ¿os acordáis?, aquella mujer que nace en Sevilla apenas comenzada la guerra civil, que vive la postguerra y sus penurias, que llega su juventud y se casa y, en su matrimonio es lo del todo feliz que le dejan los tiempos y las circunstancias, que tiene una hija y una nieta, Inés, con la que habla incluso después de muerta; porque Inés, una adolescente de dieciséis años, ve a su abuela muerta, puede hablar con ella, tocarla, abrazarla, besarla... nadie más que Inés resulta tener tal privilegio. Valme, la madre de Inés, no consigue verla ni oírla ni sentirla, por más que lo desea.
    Al principio, a Inés nadie la cree, ni su madre... interactuar con los muertos no es usual, evidentement, pero, con el transcurso del tiempo, al leer la historia que de la abuela Teresa está escribiendo Inés, su madre comprende que ésta no puede saber todas las cosas que allí están escritas, y que detrás de su mano, está la de Teresa...
    puede resultar de locos, pero no tiene otra explicación que esa de que hay seres que no se van del todo cuando se mueren, que se quedan con nosotros: la abuela Teresa lo está haciendo y, por lo que sea, solo se le aparece a Inés... le va contando la historia de su vida, sus recuerdos desde la niñez, hasta el fatídico día que apareció muerta... Inés lo escribe todo, piensa hacer un libro, un libro que titulará "La abuela Teresa".
    Espero que el fragmento de Anselma os guste, pese a la crudeza, pese a la crueldad, y, ya iré publicando más fragmentos de esta historia... a la abuela Teresa y a Inés, les tengo un cariño muy especial.

    Mil besitos gordos, querid@s

    ResponderEliminar
  2. Amiga mía, una historia que por desgracia se ha repetido en tantas familias... pero tú lo cuentas como siempre con tu frescura y de esa forma tan magistral,no descartes nunca pasarlo a papel,yo me haría de un ejemplar, te lo prometo.
    Un besazo de los tuyos, muy gordo.

    ResponderEliminar
  3. Sí, es un relato demasiado real de la barbarie y crueldad humanas.
    Y como dice Miguel, yo tb compraría tu libro si apareciera en las librerías...
    ;)


    Besos, niña!!

    ResponderEliminar
  4. Hola, Resalá.

    Sí, por aquístamos... Quesque mencontrao mejor cillo y mira tú por donde, dando un paseillo por algunos blogs... digamos, privilegiados... jeje.

    Otros tiempos, otras historias, pero el rencor, la envidia, el ansia por el dinero, por el poder, aún prevalece en el hombre... Aún se sigue matando y empobreciendo a los más débiles.

    Besicos muchos te mando.

    ResponderEliminar
  5. Así que lo conseguiste!..la has escrito!...espero ansiosa las siguientes entregas porque este capítulo ha sido más que emotivo.
    La guerra es sin duda lo más cercano al infierno que hemos logrado construir aquí en la Tierra.

    un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Amiga,que estos relatos están muy vívidos,muy de casi escuchar los sollozos.
    ¡ caramba!

    espero los siguientes.

    recibe un gran abrazo de tu amiga marucha,la que vive en México,y las ganas de escribir se le han secado de tanta realidad fea que está ocurriendo por estas tierras.
    que si balaceras,que los diarios no dicen nada,y va de boca en boca todas las cosas que pasan,y el miedo corre por las calles y entra por cada resquicio de nuestros hogares,y estamos en constante oración.
    Pedimos al Espíritu Santo,a Nuestro Padre Dios por la Paz de nuestro país.
    Pedimos porque nuestra familia no sea tocada por la maldad,la crueldad y todos los hechos violentos que sacuden este rincón del mundo.

    ResponderEliminar
  7. Maravilloso relato y cruel como aquélla cruel realidad de la Guerra, la postguerra y la odiosa dictadura.

    Te leo y me recuerdas, inevitablemente, a Almudena Grandes. Escribes tan realistamente bien como ella, si bien nada Almudena tiene que envidiar de tus letras, de tu pluma, del silencio de tus palabras.

    Besos de una "meiga mariñeira",

    Amber

    ResponderEliminar
  8. Apm, me alegra que pudieras llevar a cabo tu proyecto de escribir la abuela Teresa. Este fragmento es muy real y crudo como la vida misma.
    Besitos,

    ResponderEliminar
  9. El argumento de tu cuento resulta original y muy atractivo! Este fragmento es triste, desde luego, pero madre mía, qué bien escribes y cómo sabes "llegar" al lector! Así que ya lo sabes, aquí me tienes, con la baba caída y esperando más! (no más baba, jaja, sino más fragmentos!)

    Un gran beso!!!

    ResponderEliminar
  10. Recuerdo muy bien las historias que refieres, son hermosas y me fascinaron.
    Esta,la de la guerra es una historia muchas veces contada, pero como la sufren tantos, cada vez es distinta, aunque en sí, la guerra es la peor atrocidad que realiza el hombre y el arrebato de unos cuantos, que empujan a muchos a perder la vida, tan sin sentido.
    Recuerdo una película en donde un alemán se enamora de una judía en plena guerra y le dice a su madre: "¿y esta guerra para que?, en un futuro el alemán y el judío harán tratos comerciales como si nada y esta guerra ¿para que?"
    Cariños y un beso grandote: Doña Ku

    ResponderEliminar
  11. Esto promete, perdona pero se me pasó el comienzo de este cuento en Junio. Voy a leerlo para hacerme una idea más clara de lo que va la historia.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  12. MIGUEL, millonazo de gracias por tus palabras, corazón... de veras, agradecidísima por esa confianza y ese ánimo, pero te diré, de momento escribir y publicar un libro me parece algo así como palabras mayores !y tan mayores!, toda una gesta vamos, como luchar con gigantes -aunque puedan tener alma de molinos, como los de don Quijote-, ya me entiendes... yo ahorita mismo estoy bien aquí, publicando en el blog lo que escribo, escribiendo a ratos -a veces cuando quiero y a veces cuando me dejan... mis hijas, fundamentalmente-, escribiendo y contestando a lo que me decís y leyéndoos y dejandoos comentarios. Siempre me gustó escribir y leer, desde chica... y ahora, también me apasiona mucho la cocina, con la que tengo buena mano... y de momento, toco madera y pido seguir así, amaneciendo día a día -como en la peli del José Luis Cuerda... que, no es poco-.

    Millonazo de gracias y millonazo de besos gordísimos

    ResponderEliminar
  13. LOU, millonazo de gracias, reina... tu también me das una confianza y ánimo completamente a rebosar, mi diablilla maravillosa, pero ya se lo he dicho a Miguel, escribir y publicar un libro es una gesta que no creo esté por ahora a mi alcance, pero eso sí, cuando lo escriba, con el libro todavía calentito me voy con él bajo el brazo a Granada y te lo doy personalmente mientras nos tomamos una cervecita o un vinito o un cafelito en la terraza de afuera del Alhambra Palace, y Graná a nuestros pies ¿que te parece el plan? ¿te hace o no te hace?

    Millonazo de besos gordisísimos

    ResponderEliminar
  14. GUILLE, !cuanto bueno por aquí!,!que alegría más grande verte hijo mío!... !pero que alegría tan grande por dios!, !cuantisimo me alegro que estés mejor corazón... mucho, mucho, muchísimo que me alegro... !ay mi Guille, que ilu me ha dao verte!.
    Tienes razón, otros tiempos, otras historias, pero el hombre, ahí sigue, corroído por el rencor y la envidia y las ansias de poder y... y la guerra, que no desaparece de la faz de la tierra !tristisimo!!!

    Millonazo de besos regordísimos Guille

    ResponderEliminar
  15. NEO, millonazo de gracias por el comentario, reina... sí, al final, -algo retrasadilla de las iniciales previsiones- pero la conseguí escribir... y no te puedes imaginar que cariño tan tremendo le tengo a estos personajes (y no solo a la abuela Teresa y a Inés, porque hay muchos mas que interactúan con ella)... algo así como si fueran mis hijos -virtuales, claro está-, ya me entiendes... yo sé que me entiendes.
    Tienes razón, la guerra es lo más cercano al infierno que el hombre ha logrado construir... tienes toda la razón del mundo.

    Mil besotes supergordos y supersonoros

    ResponderEliminar
  16. MARUCHA, muchísimas gracias por tu comentario querida mía... no sabes cuánto me entristece leer tus palabras contándome la situación de violencia por la que atraviesa México, desde aquí, sabemos de la violenta en el norte, en Ciudad Juarez, ligada estrechamente al narcotráfico y especialmente dolorosa para las mujeres... y poco más, pero creía que no era una situación de violencia tan generalizada, que no afectaba a todo el país, por lo que entiendo tu angustia y tu desasosiego, la entiendo perfectamente... !cuánto lo siento!, ánimo Marucha, mucho ánimo.
    Deseo de corazón que se vaya solucionando el problema y que pronto vuelva la vida y la normalidad al día a día...y que los asesinatos y las decapitaciones y las violaciones y los secuestros desaparezcan, -no ya solo de México-, sino de la faz de la tierra.

    Un millonazo enorme de besitos gordotes y sonoros

    ResponderEliminar
  17. AMBER, muchísimas gracias, reina. Sí, tienes razón... cruel, enormemente cruel aquella guerra y la postguerra y la odiosa dictadura... y desde luego, agradecidísima de que me compares ná más y ná menos que con Almudena Grandes, solo he leído de ella Malena es un nombre de tango y Atlas de geografía humana, -me encantaron los dos-, especialmente el de Malena... así que, como dirían los franceses j´espère, que plus le souhaitez!, un honneur (!ojalá, que más quisiera, un honor!), todo un honor.

    Millonazo de besos gordotes, meiguiña mariñeira.

    ResponderEliminar
  18. SOÑADORA, millonazo de gracias por el comentario, corazón... la verdad es que sí, que al final conseguí escribirla, aunque no creas que no me costó, pero te diré, que me gustó hacer esa historia -ratito a ratito con los personajes, esa abuela y esa nieta-, que a medida que escribía se metían más y más en mi corazón...

    Miles de besitos bien gordotes y sonoros, eh!

    ResponderEliminar
  19. MERCEDES, millonazo de gracias por tus palabras, reina, de veras, tremendamente agradecida por lo que me dices...
    ya seguiré publicando más capitulillos, prometido que sí.

    Muchísimos besotes gordisísimos, enormessssss

    ResponderEliminar
  20. DORA KU, millonazo de gracias por el comentario, de verdad. Tienes toda la razón del mundo mundial: la guerra es la mayor atrocidad que realiza el hombre, la mayor, sin duda alguna... y como tú -y la película bien decís-, ¿para qué?, ¿para qué la guerra? ¿para qué?.

    Mil besitos supergordotes y llenitos a rebosar de cariño.

    ResponderEliminar
  21. ANDRES, muchísimas gracias por el comentario, corazón... me alegro enormemente de que la historia prometa y te haya gustao... me alegro... enormísimamente.

    Millonazo de besitos gordotes y sonoros, muchos, muchos, pero que muchossss.

    ResponderEliminar
  22. Apn, esperemos que nunca más vuelva a repetirse esa terrible , despiadada y cruel parte de la historia... El dolor, se ha quedado entre nosotros pero de las dos partes por eso, imploramos hacer votos para que la concordia , la serenidad e incluso el perdón se instale en nuestras vidas. Un abrazo muy muy grande y muy sincero

    ResponderEliminar
  23. Creo que será interesante seguir el curso de esa historia que tienes entre manos. De momento ya me gusta la idea de esa niña que puede comunicarse con su abuela y así enterarse de hechos del pasado que ella no puede conocer debido a sus pocos años. Si a eso vas añadiendo actos sangrantes de esa fatídica guerra y las secuelas de postguerra, que dan para mucho, te puede quedar una novela con todas las de la ley. Lo difícil de esta trama, según mi punto de vista, va a ser equilibrar la balanza entre el dolor de aquellos años (con sus desgraciados acontecimientos) y la relación nieta-abuela en la que , supongo , derrochará ternura en sus encuentros frecuentes.
    Estoy seguro que con tu pluma ágil y certera saldrás bien parada y disfrutaremos de un buen relato.
    Ánimo y persigue tu sueño.
    Besos a manta.

    ResponderEliminar
  24. ANGELA, muchísimas gracias por el comentario corazón, estoy totalmente de acuerdo contigo: que nunca más vuelva a producirse un hecho así, !jamás!, que aprendamos de la historia y, no nos condenemos a repetirla... y claro que sí, desde luego que hubo dolor en ambas partes, siempre ocurre así en una contienda, por eso me uno a tu voto a la concordia, la serenidad y al perdón como tu dices, sentimientos que coinciden a la literalidad con el espíritu de la Ley de la Memoria Histórica cuya exposición de motivos comienza diciendo "El espíritu de conciliación y concordia y de respeto al pluralismo y a la defensa pacífica de todas las ideas... -y, termina-: ...fomentar los valores constitucionales y promover el conocimiento y la reflexión sobre nuestro pasado para evitar que se repitan situaciones de intolerancia y violación de derechos humanos como las entonces vividas". Tienes toda la razón del mundo, reina, toda: que nunca más vuelva a repetirse... nunca jamás.

    Un besote gordísimo, enormísimooooo

    ResponderEliminar
  25. ANDRES, millonazo de gracias por el comentario, corazón... pero te diré, escribir una novela -al menos hoy por hoy-, me parece que está pelín fuera de mi alcance Andrés, porque entiendo que requiere dosis altas de dedicación, concentración, creatividad, documentación, ya sabes tú mejor que nadie hijo mío, mucho de todo, especialmente tiempo... uf! y lo que menos tengo es tiempo, entre la oficina (mañana y muchas tardes), el francés, la familia !y mis hijas, adolescentes!, y para colmo, la tata que teníamos se nos ha ido, por lo que a la cola de todo ésto, suma y sigue "casa" con todo lo que eso comporta ya sabes, cocina, limpieza, plancha... total, que llego de la ofi y sigo con jornada de trabajo pero en casa... !si no tengo tiempo pa ná, ni para contestaros casi!, de veras, en esta semana apenas he podido entrar al blog, -y no por falta de ganas sino de tiempo-, y luego dirán que no, pero ser una mujer del siglo XXI sin morir en el intento es pa nota, pero para nota alta, altísima !dí que no!.

    Mil besitos bien gordotes y sonoros

    ResponderEliminar
  26. Hola apm. Desgraciadamente,ese tipo de historias fue muy común para muchas familias que perdieron a sus familiares en esa "guerra incivil" que tuvieron que sufrir nuestros antepasados.
    Desgraciadamente, a pesar de que han pasado más de 70 años desde que terminó, todavía existen secuelas de esta maldita guerra que dividió a un país.
    Y es que parece que el tiempo no hubiera pasado.
    En cuanto a tu post, excelente.
    Recibe un beso enorme y gracias por existir en mi vida.
    Buen fin de semana.

    ResponderEliminar
  27. Hola ESCRITORA si con mayúsculas, normalmente no hago comentarios en los blogs de lectura aunque te leo siempre, pero hoy no me he podido resistir para decirte que te busques editorial aunque sea pequeñita, yo que devoro libros veo en ti una prosa que llega al lector que encandila y sumerge en el escenario, sin grandes adornos y florituras ¡que esas aburren mucho! Tienes muchas cosas a tu favor no pierdas la ilusión saca tiempo de donde sea tu tiempo también es importante y empieza a tocar puertas siempre hay alguna que se abre, un besazo grande.
    PD. No tardes mucho en seguir con la historia, es como cuando no te vas a dormir hasta que no acabas el libro.

    ResponderEliminar
  28. RAFA, !que te quiero hijo mío, yo sí que te doy las gracias por estar en mi vida!, pero, voy a empezar por el principio: millonazo de gracias por el comentario, corazón, tienes toda la razón del mundo mundial !tanto sufrimiento y tantas y tantas familias llenas de dolor, de sangre y de profunda amargura en esa guerra incivil!... el tiempo lo cura todo, -ya sabes, dice el refrán-, lo cura y cierra heridas, pero no debe olvidarse de la memoria, porque quien olvida su historia está condenado a repetirla, y esta guerra no debe repetirse nunca jamás.

    Mil besitos gordísimos... pirata.

    ResponderEliminar
  29. Claro que me acuerdo del principio de la historia, apm, como para no acordarse. Este fragmento es sobrecogedor a la vez que tierno, pero debe serlo por la forma maravillosa, cercana y humana con que lo contás, porque de no ser así, sería para dejarnos un nudo en la garganta, y sin embargo, nos deja el placer de su lectura.

    Es que sos una excelente narradora, eso es... :)

    Besazos, amorosa mía, bien gordotes (para no ser menos)

    ResponderEliminar
  30. QUERIDA apm CREO QUE AUN HAY DE ESAS MUJERES, SUFREN Y CALLAN, PUES LA MUERTE RONDA SUS VIDAS.
    ME GUSTÓ LA HISTORIA, TE ABRAZO QUERIDA AMIGA

    ResponderEliminar
  31. Me parece un texto muy bueno. Desde que planteas la situación hasta el desenlace con esa frase lapidaria que en mi modesta ilusión te puede valer para título: "... las mujeres sólo podían sufrir y callar. "

    Haces un texto directo y duro que refleja perfectamente lo que significó la barbarie de aquellos años perdidos.

    Y veo que no le pierdes el hilo. Voy a intentar tampoco perderlo!. Dije en "La abuela Teresa": "A la niña le das una madurez y una generosidad que haría que la abuela se fuese rápidamente hacia la luz puesto que con la niña su labor tendría continuidad. ¡Si yo fuese abuela estaría orgulloso de la nieta!"

    Ahora puedo sugerir alguna pincelada psicológica de los personajes. ¿Qué te parece la niña más creyente (porque ve la abuela) y la madre mucho o bastante agnóstica? Es una sugerencia para dos personajes que te pueden dar mucho juego como sucede en la realidad.

    Un besote muy gordote. Yo esta vez me he vuelto un poco al humor que falta hace...
    Manel

    ResponderEliminar
  32. Mientras más aprendo de la guerra civil...más tristeza siento por todas esas historias anónimas que acaecieron y que visto lo visto, parece que no quieren contarse...Llevo semanas tomando fuerzas para ver dos pelis acerca de ese lamentable hecho llamado dictadura y que encabezó el caudillo de la muerte...pero a medida que he ido leyendo historias reales, más acobardada me siento para ver imágenes.
    No he vivido dictaduras, pero sí alguna cosa que suelen suceder en esos escenarios y entiendo una mínima parte de esos sufrimientos, ni siquiera puedo imaginar el resto sin que se me escape el alma...
    Un besito.

    ResponderEliminar
  33. MEGA, millonazo de gracias por ese comentario tan absolutamente halagador, mujer... gracias, de verdad, muchísimas gracias, gracias por todo tu ánimo y cariño hacía mí, que sepas que es compartido. En cuanto a publicar un libro, ya se lo conté a algunos amigos que me lo habéis sugerido en vuestros comentarios... hoy por hoy me parece una gesta fuera de alcance publicar un libro. Un libro requiere mucho, especialmente requiere tiempo, y no tengo tiempo, ni lo tengo ni se le espera -como dirían los castizos-, pero, sí que podría ser una gran ilusión y un reto de futuro. De momento, aquí, en el blog, con tantísimos amigos -tan generosos-, me siento feliz... muy feliz, aquí, escribiendo mis relatos y, sorpresa, un poema que voy a publicar como siguiente entrada y que será mi primer poema.
    Muchísimas gracias, de veras, muchísimas, muchísimas, muchísimas...

    Un besote bien gordito y supersonoro.

    ResponderEliminar
  34. LILI, millonazo de gracias por el comentario, reina... !tu si que eres una excelente narradora y una poeta como la copa un pino! ¿se dice esta expresión en Argentina?, por si no se dijera, Lili, significa que eres una poeta enorme, buenísima, grande, genial.

    Mil besotes gordisisimos

    ResponderEliminar
  35. ABU, millonazo de gracias por el comentario abuela. Tienes razón !ya lo creo que aún hay mujeres que sufren y callan y sienten que solo pueden hacer eso: sufrir y callar!... claro que sí, aún hay... desgraciadamente aún las hay.

    Muchísimos besitos gordotes y muy sonoros.

    ResponderEliminar
  36. MANEL, millonazo de gracias por el comentario, corazón !qué puedo decirte, a ver! !que decirte!... tanto Inés como Valme -su madre- son así, touché, touché... ¿ves como caladita me tienes, hijo?

    Un besote, ya sabes, gordisisimo a más no poder.

    ResponderEliminar
  37. ZAYI, millonazo de gracias por el comentario hija mía... !no sabes como te entiendo!, !perfectamente te entiendo!, y tienes razón, cuesta... sí señora, parece que cuesta sacar a la luz esas historias anónimas, quiero pensar que porque el tiempo aún es reciente y la mente humana necesite de la distancia en post de la necesaria objetividad. Pero, en la lejanía o en la cercanía, el hecho en sí de la guerra, -de una guerra como la guerra civil, si cabe doblemente cruel-, es de tal dureza en sí mismo que, de verdad es imposible que no te escape el alma, a tí y a cualquiera.

    Mil besotes mu gorditos y mu sonoros.

    ResponderEliminar
  38. Me hace, me hace...
    Menudo plan más apañao ése!
    jajajaja
    Gracias, guapa!

    ResponderEliminar