viernes, 17 de septiembre de 2010

dejame que te cuente


Querid@s, la reincorporación después de las vacaciones me ha sido costosa, (!que deciros!, cuesta seguir el ritmo frenético de los demás compañeros de la oficina que ya llevan diecisiete días de trabajo tras sus vacaciones de agosto, y cuesta coger la rutina de la vuelta al cole de los hijos y de sus horarios), por otra parte, el tomar las vacaciones partidas me ha permitido este año, saborear septiembre, en donde todavía hace buen tiempo, aún los días son largos y, donde viajar es dulce porque no vas atropelladamente, ya sabéis, es la simple relación de oferta y demanda... -sigue la oferta, pero hay muchísima menos demanda, por lo que mejora desde el precio hasta el servicio-. Así pues, decididamente he de deciros que me ha gustao veranear en septiembre, el único "pero" (si es que puede ponerse algún perillo), es lo que os comentaba antes, que es un pelín más costoso coger el ritmo a la vuelta, pues todos los demás están reincorporados y tú no, y claro, corre que te pillo a to meter... pero se supera, claro que sí. Ya practicamente integrada, os dejo este relato que espero que os guste y, me pondré en contacto con vosotr@s que, de ésto último tengo un monazo que ni pa qué.

Soledad Gamboa tenía un nosequé en la mirada que la hacía especial, diferente, y que como la cara y la cruz de una misma moneda, atraía tanto como te provocaba un repelús de frío gélido que te desarmaba por dentro y te recorría el cuerpo de arriba a abajo.
Su mirada, las más de las veces era una mirada ausente, no obstante otras, se terciaba inquietante, heladora e incluso terrorífica.

Los más viejos del lugar relataban de higos a brevas, nunca prodigándose demasiado, del sino desgraciado de las Gamboa.
Los jóvenes, sin embargo, o bien no creían en tales zarandajas, o bien pasaban de comprender algo absolutamente fuera de toda lógica.
Pero lo cierto y verdad es que algunas de las mujeres Gamboa no parecían ser como las demás, ni como las demás del pueblo, ni como las demás de este mundo: de belleza racial desde la cuna, apenas desarrollaban se convertían en hembras voluptuosas, de pechos grandes y firmes, caderas bien plantás, talle fino, labios frondosos y embriagadores y un contoneo sinuoso al andar que para toda criatura, ya fuera hombre o mujer, era imposible no seguir con la mirada y hasta incluso salir detrás de ellas cual si succionados por imanes poderosos.

Indudablemente -y esto estaba fuera de toda duda- algunas Gamboa, no todas, eran diferentes. Por eso, cada vez que alguna de ellas estaba encinta, un rumor se extendía de inmediato por el pueblo recorriéndolo de punta a punta, casa a casa, generando ansiedad y estupor, y haciendo vivir al pueblo entero pendiente de un hilo hasta el alumbramiento; ni que decir tiene que nadie jamás ponía su mano en la tripa de una Gamboa durante la preñez de ésta, como era costumbre hacer con las demás embarazadas del pueblo: esa mano en el vientre, simbolizaba calor y acogida a la nueva criatura que se gestaba, así como deseo de buen parto a la madre que habría de traerla al mundo.
Con las Gamboa sin embargo, se quebraba la costumbre, nadie se atrevía a ponerles la mano en la barriga no fuera a venirle alguna calamidad, porque la criatura de dentro fuera una de esas Gamboa diferentes. Ellas, que por supuesto lo sabían, tampoco acostumbraban a salir de su casa durante los meses de preñez, para evitar el estupor y aquellas miradas mitad esquivas mitad inquisitoriales de la gente.

La inquietud generalizada aumentaba según se acercaba la fecha del alumbramiento. Si finalmente nacía un varón, se le imponía el nombre del padre, o del abuelo, o del tío, o de algún familiar más o menos lejano; pero si era niña, la criatura nacida quedaba un año sin nombre y bajo la tutela de la matriarca del clan, que había de observar si aquella niña era o no especial y, en consecuencia, imponerle el nombre que le correspondiese -nunca igual al de su madre o su abuela o ninguna otra mujer Gamboa-, siempre, un nombre diferente.
Por eso, cuando Soledad Gamboa nació no tenía nombre, no lo tuvo hasta un año más tarde, no lo tuvo hasta que Aralia Gamboa, su bisabuela y vieja matriarca, reunió a la familia, la cogió en brazos, y mirándola a los ojos, dijo para todos: esta es Soledad Gamboa.
Solo entonces se supo como se llamaba, y solo entonces supieron que era una Gamboa de las diferentes, una Gamboa especial... pues, si durante ese año transcurrido bajo tutela de la bisabuela Aralia, ésta no hubiera apreciado ninguna cualidad especial en su onceava biznieta, Soledad no se hubiera llamado Soledad Gamboa, sino Soledad Martín Gamboa, pues solo las Gamboa especiales prescindían del apellido paterno y no ostentaban otro apellido que el del clan: Gamboa.

Y la niña Soledad fue creciendo, con una mirada especial, una mirada dulce y amarga que era capaz de desatar en los demás hechos verdaderamente inauditos. Así sucedía desde chica, cuando alguien -animal o persona- la trataba mal, ella lo miraba fijamente, sus ojos se encendían, y el desafortunado/a, jamás volvía a pronunciar palabra... de nada valía que acudiese al médico, pues ni el más afamado otorrino tras examinar al menesteroso, alcanzaba a entender porqué el paciente no hablaba, ni qué cosa podía suceder en su garganta y cuerdas vocales -en perfecto estado-, para no emitir sonido alguno, por lo que, no tenía otro diagnóstico que el de pura testarudez, simple deseo de quedarse mudo transitoriamente.
Mas la transitoriedad diagnosticada jamás cedía ni el interfecto jamás recuperaba su voz, por más médicos que visitase, más remedios que atendiese, más plegarias que rezase, o más gestos de súplicas que le hiciera a las Gamboa.

Todos en el pueblo conocían el rumor, era un secreto a voces que la mirada de Soledad Gamboa podía dejarte mudo para siempre, pero ésto, no detuvo a Gregorio Olalla que, desde hacía meses babeaba por ella, y su mirada de deseo insolente se clavaba en Soledad nada más poner los pies fuera del portalón de su casa.

Aquella tarde, a la salida del instituto Soledad lo vió como tantos días apoyado sobre el árbol grande de la plaza, espetándola babeante a que saliera y cogiera rumbo de regreso a su casa.
Gregorio Olalla, esa tarde la persiguió calle abajo con la mirada, y una vez Soledad hubo pasado la plaza, salió corriendo para apostarla de frente a la entrada del parque. Ella, al verlo de nuevo le apartó de su camino con decisión:

- déjame Gregorio, que yo no soy para tí, vete a tu casa.

pero él, loco de rabia por el rechazo y por el deseo, la agarró con furia por la espalda, y comenzó a frotar con frenesí su sexo contra el culo respingón de Soledad Gamboa. Enseguida notó el pulso acelerado, el acaloramiento... le sobraba la ropa... necesitaba carne, se desabrochó el vaquero para hacer lo mismo con los vaqueros de Soledad, pero en la maniobra, ella se giró, le clavó la mirada y Gregorio Olalla, petrificado, con los pantalones caídos y el pene aún erguido, dejó de hablar para siempre.

32 comentarios:

  1. Ay, si es que hay hombres que no entienden un "no" por respuesta.
    :)

    Me ha encantado el relato, niña. Me ha tenido enganchaísima desde el principio hasta el final.
    Esto tiene continuación? Porque, ya me gustaría saber a mí con quién iba a terminar Soledad Gamboa, y si su destino está marcado desde su nacimiento.
    Vamos, joé, que me ha enganchao la historia de verdad, y quiero saber mássssssssssssss.
    jajajaajaja


    Me alegro de que hayas vuelto.
    Un beso enorme, gordo, sonoro y achuchao para que sea menos "grave" la vuelta al cole. ;)

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  2. No quisiera estar yo dentro de los pantalones del Gregorio de los cojones -perdón, ¡que coño!-aunque bien pensado... yo, que soy de erección fatigosa... ¡Vamos a ver, mujer msn, que no me confundas...! Lo que te decía; que no. Y además, no sé qué hago yo aquí, cuando estoy harto de venir y tú no apareces. ¡En una palabra! Que no tendría yo nada que hacer, como el Gregorio ese...

    Mmmm... ¿He escrito mucho?

    ¿Te doy un beso o saldré escaldado?

    Piénsatelo.

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  3. ¡¡Cuanto tiempo de no venir por aquí!!
    ¡¡Qué suspense!! Pensé que sería otra cosa lo que le dejaría insevible a Gregorio.
    Se nota que tods vamos volviendo a la normalidad.
    Un fuerte abrazo Apm.

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  4. Se me hace que estas Gamboas "especiales" son una especie de brujas (o hadas) vengativas que cobran lo que a muchas mujeres les gustaría: los abusos de ciertos machos que se creen dueños de todo lo que tenga falda y no aceptan un no por respuesta. Me encantó esta Soledad!...bien fue elegida por su bisabuela!


    ...un abrazo y bienvenida!

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  5. LOU, millonazo de gracias por el comentario, chiquilla... la verdad es que sí, que hay hombres que no aceptan un "no" por respuesta especialmente en según que asuntos. Me alegra que te haya gustado la historia de Soledad Gamboa, que sí que tiene continuación (éste relato es una parte de un cuento más grande y en el que, por resumir, Soledad se enamora de quien no debe y su amor absolutamente imposible, la llevan a alejarse de los demás, a cerrarse a sí misma y entrar en una profunda soledad interior de la que solo logra sacarla su hija, otra Gamboa especial que tiene una inusitada habilidad para hacer salir la ternura y la inocencia de las entrañas de la gente, esa ternura e inocencia que todos tenemos y que al crecer vamos dejando por el camino)... así que, para contestar a tu pregunta, Soledad Gamboa termina con ella misma, con ella y con su hija Luz.

    Recojo tu beso enorme, sonoro, gordo y achuchao que me sabe a gloria, y te mando lo menos mil iguales para tí.

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  6. JOSE ALFONSO, !que alegría, corazón, aunque vayas de anónimo, cita con psiquiatra incluida!... genio y figura, hijo mio !que alegría leerte!, !que alegría! pero ¿cómo que no tendrías ná que hacer como el Gregorio?... tú tienes tó que hacer y lo sabes, si yo no aparezco es porque he estao de vacances (este año partidas, así que como que parece que haya veraneao el doble... ja,ja,ja,ja... pero no, en la ofi no se les ocurre esas generosidades de darle el doble de vacaciones a las criaturas, aunque na más sea pa compensar los curros que a veces te tienen en la oficina hasta las diez de la noche, pero no, no se les ocurre... sospecho que hasta consideran las vacaciones puras excentricidades). Esta tarde, me voy de sobremesa a leerte que ahora no me da tiempo, y, espero que hayas escrito muchísimo durante mi ausencia, ya te comentaré.

    Me quedo con tu beso, porsupuestísimo que con tu beso !no faltaba más!, tú sabes que siempre con tu beso, y te mando otro gordisísimo y bien sonoro pa tí, corazón.

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  7. PAQUI, millonazo de gracias por tu comentario, reina... me ha dao muchísima alegría leerte, y también que te haya causado to ese suspense y sorpresa la historia...
    y sí, tienes toda la razón, ya vamos volviendo todos, y ya vamos entrando en la normalidad. Esta tarde me pasaré por tu blog a leerte, que, como os he dicho, tengo un monazo que ni pa qué.

    Un besote, ya sabes, de esos bien gordotes, bien sonoros, y llenísimos de cariño.

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  8. NEO, millonazo de gracias por el comentario reina, me ha encantao, es que me ha encantao... como siempre, coincido contigo Neo: hay hombres que se creen dueños de todo lo que tenga falda y no aceptan un no por respuesta, frente a estos hombres, que bien nos vendrían unas cuantas Soledades Gamboa repartidas por ahí por el mundo ¿verdad?
    Esta tarde me pasaré por tu casa Neo, que tengo unas ganas enormes de ponerme al día con vuestros escritos, un monazo

    Mil besitos de los gordos, gordos, gordisísimos

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  9. Je, je, je...
    Pues te acabas de perder la última. Esa es gorda!

    Un beso.

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  10. Bonita y curiosa historia...Lo mismo el que se llame soledad no es por casualidad...es su destino...bienvenida de nuevo querida amiga...un abrazo...

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  11. Un relato lleno de creencias, de fuerza, de hechizo seductor; al final la protagonista hará honor a su nombre...

    Muchas gracias por la visita, más por tu retorno, en mi blog tienes la entrada que corresponde a la Luna de tu hija...a ver qué os parece.

    Un abrazo grande y beso de bienvenida!

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  12. Pues mira que ami también me ha gustado Soledad Gamboa y que bueno que tiene continuación, porque me ha resultado de lo mas intrigante el relato.

    ¡Te dejo un abrazo afectuoso!

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  13. Todo un personaje esa Soledad Gamboa, hay que armarse de coraje para acercársele eh! Y Gregorio quedara escarmentado ( y mudo!).
    Besitos y feliz con tu regreso!

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  14. Querida mujer, hola; me da gusto volver a entrar en este espacio, lo había dejado un poco olvidado pero aquí me encuentro. Me encantó tu relato, siempre he dicho que escribes maravillosamente. Te mando un abrazo; hasta pronto

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  15. Muchas veces no estaría mal encontrase con esa "soledad"... ¡Aunque sea lo útlimo que se vea!
    Me has traído un texto lleno de raza y temparemento. ¡Vaya casta! Ni en la india. El eterno amor-odio de Montoyas y Tarantos.

    Me gusta y creo que lo has constrido muy bien. Primero ella por la calle. Luego el viaje al pasado hata llegar a la escena donde la abuela. como esas matriarcas que pañuelo en ristre certifican que las recién casadas eran "honradas" en su primera vez (yo diría ahora sí son mujeres). Pero no esgrime ningún pañuelo, dictamina: "es una Gamboa". Y el muchacho que no se da por vencido (si me rechaza es que me desea debe pensar). Y ella muy suya: "no soy para ti". Otra vez Montoyas y Tarantos, Capuletos y Montescos. Y esa mirada... Y ese final melodramático entre el chiste de bar y la situación patética ¡con el sexo enhiesto y la lengua muda!

    Un besote y espero que te hayas acostumbrado a la rutina...

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  16. ¡Muda me he quedado yo también con tu relato, pero de lo bueno que es y de lo que me ha gustado! (Eso sí, sin los problemas de Gregorio Olalla, jajajaj)

    Un beso grande, y feliz retorno!

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  17. ¡Pobrecitos de nosotros los hombres! ¿Porqué hay mujeres tan hermosas y tan inalcanzables?
    Esta saga familiar que muestras en tu relato debería estar prohibida, ¿no te das cuenta que lo que hacen en realidad es una labor de castración del macho? ¡Les quitan la voz y se quedan tan panchas!
    ¡¡Brujas!! En otros tiempos arderían en la hoguera solo por el hecho de estar tan buenas; eso es ya en sí un delito; provocan al pobrecito macho solo con su presencia. El pobre Gregorio con el pene erguido y sin consuelo por parte de ella...¡cuánta maldad, diosss!

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  18. A veces los hombres se creen que todas las mujeres les pertenecemos y si es bonita ni te cuento... Me gusta su comportamiento espero que continúe.... ¿ Lo harás?...Bienvenida al mundo real y diario... poquito a poco lo irás poniendo todo en orden incluso la rutina.Un fuerte abrazo y te sigo leyendo

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  19. JOSE ALFONSO, millonazo de gracias de nuevo, corazón ¿que me acabo de perder la última?, !cachis en la mar!... pues tenemos que ponerle solución

    Un besote enormísimoooooooooooo

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  20. JOSE (ALIJODOS), !que gustazo más enorme el leerte Jose!, muchísimas gracias por esa bienvenida y por tus palabras. Tienes toda la razón, no es por casualidad que se llama Soledad, efectivamente, es su destino, marcado desde la cuna por los dioses, como en las tragedias griegas.

    Un besote, ya sabes, de los mu gordisísimos

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  21. CANTO, millonazo de gracias por el comentario, reina... sí, sí, tienes toda la razón, al final ella hace honor a su nombre. Te diré que esta historia es más larga, solo transcribí aquí una parte, y, Soledad, después de enamorarse de un hombre con el que no se puede casar, realmente uno de esos amores imposibles, del que sólo le queda el recuerdo y una hija, cae en una depresión que la lleva a alejarse de todos -e incluso de sí misma-, se encierra en una profunda soledad, de la que sale precisamente por su hija, pues es otra Gamboa especial que tiene el don de sacar de la gente la ternura e inocencia perdida de cuando niños.
    Canto, acabo de venir de tu casa, y efectivamente he leído la luna de mi hija, y resulta que es una escorpiona... hay cosas que son tremendamente así, por ejemplo en el apartado "trabajo" ella lo cumple a la literalidad, también, me ha hecho gracia que digas que mejor no se les provoque porque son muy bravas, pues, efectivamente, ella de natural es tranquila, pero como se enfade (tarda en enfadarse, pero como lo haga, es... como tú dices, brava), yo le digo en esos casos "anda María que eres de armas tomar"... que viene a ser lo mismo.

    Gustosa me quedo con ese abrazo grande y beso de bienvenida tuyo, y yo te mando otro abrazote cargadito de cariño y un besazo gigantón, gigantón.

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  22. ARMANDO, millonazo de gracias por el comentario, corazón... espero que tu celebración familiar de la Fiesta del Bicentenario la disfrutaras de lo lindo, que la ocasión bien que lo merecía. Sí, el relato -como bien intuyes- es más largo (ultimamente, resulta que los relatos me salen largos, e incluso hasta demasiado largos, como que me da pena acabarlos, y los estiro y estiro), pues tiene continuidad como te decía -también se lo he dicho a Canto en Flor justo antes-, pero no quise poner aquí la primera parte del relato y dejar lo demás para otra u otras entradas, porque no quería abusar de vuestra amistad, que acabo de llegar de las vacaciones y, como quien dice estoy readaptándome de nuevo a la rutina, y poner una parte, dejaros intrigados para otra semana... una actitud un poco abusadora ¿no?, que no se puede llegar como elefante en cacharrería.

    Un besote de los gordísimos y muy sonoros

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  23. SOÑADORA, millonazo de gracias por el comentario... ja,ja,ja, tienes razón, hay que armarse de valor para acercarsele, sí, que ya ves lo que les pasa a los que van de machitos como el Gregorio, esos que entienden que las mujeres son cosas a las que tienen derecho ellos, y les importa un carajo lo que digan, sientan u opinen las "susodichas"

    Un besote muy gordísimoooooooooo

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  24. JANYS, !que alegría leerte!, muchísimas pero que muchísimas gracias por tus palabras, reina... pero la encantada soy yo con que te haya gustado el relato.

    Me quedo con ese abrazo que me sabe a gloria, y te mando otro grandisísimo para tí

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  25. MANEL, millonazo de gracias por el comentario, corazón... millonazo y más, tienes razón en tó, como siempre: es racial, de Montoyas y Tarantos y abuelas con el pañolito determinando la virginidad sí, que, curiosamente, justo ahora que se está celebrando en Sevilla la Bienal de Flamenco (el otro día fui al Lope de Vega y no había ya entradas), la referencia a Montoyas y Tarantos te ha quedao que ni pintá.
    Ya corregí lo de encinta Manel, otro millonazo de gracias, corazón. Y respecto al retorno a la rutina... pues, !que remedio!, esta rentrée ha sido ipso facta, totalmente meteórico el acostumbramiento hijo mío, no había otra.

    Te dejo ya, que mira que horas que son y mañana suena mi despertador justo a las siete menos cuarto. Un besote enorme, ya sabes, de esos bien gordísimos

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  26. MERCEDES, millonazo de gracias por el comentario... !que alegría verte aquí, no sabes las ganas que tengo de leerte, así que ahora que tengo la tarde libre por delante, iré a tu casa y ya te contaré! y sí, de acuerdo completamente, si se tiene que quedar uno mudo, mejor que no sea de la forma que Gregorio Olalla... évidemment...ja,ja,ja.

    Un besote bien enormísimooooooo, luego te cuento.

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  27. ANDRES, !que comentario tan salao!, que sepas que me ha sabido a gloria y que -no solo al leerlo, aún ahora escribiéndote- estoy con la sonrisa de oreja a oreja: me ha encantao... genio y figura hijo mio, y luego, esa foto con gafas tan psicodélicas !absolument de passer inaperçu, o, más en castizo, de pasar desapercibido, nanai, antes muerto que sencillo!... vamos, que estás que te sales: sembraito perdío, y me has superencantao, no te digo más.
    ¿Así que pobrecitos los hombres?, velay, que incomprensión que hay por el mundo ¿no?... y encima, el Gregorio, mudito pa siempre, con su periscopio arriba y sin consuelo...ja,ja,ja,... ya sabes que la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida... !ojito cocina pues, cuidadín con las diosas!!!, que más vale prevenir que curar... ja,ja,ja,

    Un besote supergordísimo y supersonoro y superdetó, corazón

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  28. ANGELA, millonazo de gracias por el comentario, reina, sí, tienes toda la razón del mundo !es verdad!, hay hombres que se creen muy por encima a las mujeres, que todas les pertenecemos, que estamos en este mundo sin otra finalidad que satisfacer sus instintos, que ellos son los dueños y señores y nosotras chitón... esos, no asumen un no por respuesta, por lo que -como en el caso de Gregorio- la mudez les está bien empleada... suerte que "estos espécimenes" están afortunadamente en extinción, y hoy día son los menos, pero ¿que no habrán tenido que padecer y soportar al respecto las mujeres de siglos anteriores, especialmente si eran bonitas?
    ... muchas gracias por lo de la rutina, cuesta cogerla, no creas, pero, no hay más remedio.

    Mil besitos de los gordos

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  29. Pues ya estoy aquí para disfrutar de nuevo de tus apasionantes escritos.
    Me encantan tus personajes, me encanta también que sean femeninos y me encanta que sean diferentes.
    Gracias por deleitarnos preciosa.
    Te quiere : Doña Ku

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  30. DORA KU, millonazo de gracias por el comentario y ese ánimo y cariño a raudales que siempre siento cuando te leo. Muchas, muchísimas gracias... así es, mis personajes son femeninos, femeninos ante todo, femeninos; pero mira, ya te adelanto: este fin de semana he tenido que estar fuera de casa, y entre ratos, como siempre, he cogido mi libretilla y me he puesto a escribir un relato, uno que esta vez resulta que es de un hombre, un hombre que se llama Bartolomé Esteban, y se siente solo, sin nada más que hacer en este mundo donde no hay sitio para él, como una manzana a punto de caer del árbol por efecto inequívoco de la Ley de la Gravedad... mañana lo cuelgo, es que hoy estoy cansada, y, además, !mira que horas son ya... y a las siete suena el despertador!

    Un besote, como siempre, de corazón, como siempre, bien enormísimoooooo

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  31. DA MIEDO ENCONTRARSE CON SEMEJANTE MUJER...
    MENOS MAL QUE NO LOS CONVIERTE EN PIEDRAS, COMO SERÁ EL MUNDO INTERIOR DE UNA PERSONA CON SEMEJANTE PODER? INQUIETANTE HISTORIA, ME DA GUSTO TU REGRESO QUERIDA APM, DEJO MI SALUDO PARA TI AMIGA

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  32. ABUE, millonazo de gracias por el comentario... ja,ja,ja, pues, si los convirtiera a todos en piedras el mundo seguro sería bastante geológico ¿no?. La verdad es que ella solo usaba esa opción de la mudez cuando le hacían daño, si no, no pasaba nada... el Gregorio Olalla se pasó veinte pueblos -como decimos por aquí-.

    Un besote gordisísimooooooo, enorme de veras, y llenísimo de cariño

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