Queridos blogueros, llevo unos días llena de trabajo, trabajo y trabajo... parece que como están aquí a la vuelta de la esquina las vacaciones de semana santa, todo se tiene que quedar terminado antes de, en fin, que no he parado de trabajar.
Eso sí, el día 19 -que fue el santo de mi amiga-, pare toda la tarde/noche y estuvimos celebrándolo; me encantó volver a ver a mis amigas, charlar y charlar con ellas cara a cara de lo divino y lo humano, reirme, y reirme con placer, tocarlas, sentirlas.... y es que la amistad -como dice Saint-Exupery en El Principito- está hecha de muchos trocitos de tiempo (el tiempo que vas pasando con tus amigos), a veces continuado pues los ves día a día, a veces mas espaciado, a veces mas de tarde en tarde, pero, si lo pensamos bien, lo importante no es tanto la cantidad de trocitos de tiempo que juntemos con los amigos sino la calidad de los momentos, la intensidad de ese sumatorio de trocitos de tiempo compartidos con tus amigos, porque lo maravillosamente mágico que tienen los amigos es que siempre están ahí: en lo bueno, en lo malo, en lo continuado, en lo espaciado, en lo intenso, en lo difuso.... vaya, me está quedando que parece talmente un anuncio, pero en fin, que la conclusión a la que quería llegar es que no es fácil tener amigos (hace falta filing y empatia, y sobretodo hace falta corazón) y por lo mismo, no se suelen tener muchisimos amigos.
Yo tengo dos amigas que son sencillamente dos maravillosas mujeres, lo mas de lo mas, y aún así mucho mas. Las quiero por encima de todo, y cuando estamos juntas, me siento bien, muy bien, fenomenal......así que mientras comíamos y charlábamos y nos reíamos y nos tomábamos una copita, todo fluía y fluía, tocamos temas como la doble moral de la sociedad actual en el aborto, la libre preferencia sexual de cada quien, o el caso de Marta del Castillo !que angustia!, las ofertas tan atractivas que ofrecen ahora las Universidades, el Plan Bolonia.... entre otros.
Y nos dieron las once y las doce, la una y las dos.... como la canción de Sabina, y todo fue, como siempre, único y maravilloso y especial. Y me fui a casa con un trocito mas de amistad. Cuando llegué, me esperaba la cena, organizar lo del día siguiente, la lavadora..... el montón de cosas que te esperan siempre: no hay que olvidar que soy una mujer de hoy en día, y que eso es dificilillo, !quien lo duda!, pero a veces, incluso eso, todo eso, se puede quedar un poquito atrás, por eso me ha encantado aparcarlo todo por un rato... y coger trocitos de amistad.
Os dejo blogueros, sed todo lo felices que podáis, y apostad por la amistad: siempre por la amistad. Besitos
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