lunes, 13 de diciembre de 2010

primer amor


Fermín

La primera vez que vi a Fermín fue en el patio de mi casa, recuerdo Inés que estaba de pie, muy agarrotao y tieso junto a D. Antonio, el cura párroco de Santa Catalina, la Iglesia donde me bautizaron y donde me casé, esperaban a mi padre para hablar con él.
Mi madre, enseguida los pasó al saloncito que teníamos para las visitas, y al momento de llegar mi padre, se salió, para volver con una botella de vino dulce y unas tejas de almendra; pero fíjate, lo que más recuerdo de todo aquello es que mi madre llevó el vino y las tejas en la bandeja de plata.
!En la bandeja de plata, Inés!, y es que no te puedes imaginar cómo mimaba mi madre aquella bandeja, jamás la usaba para que no se estropease, y siempre la tenía metida en la vitrina del saloncito, en el estante de arriba, junto a dos minúsculos jarroncillos de porcelana con rosas de plástico.
Cada sábado por la mañana, nos la hacía limpiar para que quedara "como los chorros del oro", yo nunca entendí muy bien aquella especie de refranillo de mi madre Inés, y cuando le preguntaba a mi tata Anselma que cómo eran los chorros del oro, ella, sin más miramientos me contestaba:

- "mu limpios, niña", venga, frota fuerte y no empaparruches tanto el algodón, porque se señalan los chorreones.

Anselma y yo limpiabamos la bandeja con algodón mojado en agua con bicarbonato, y la secábamos con trapos hechos de sábanas viejas... quedaba reluciente Inés, reluciente como los chorros del oro, !y ea, a la vitrina!.
Y no te lo vas a creer, pero el caso es que a mí me gustaba pasar por el saloncito y mirarla cómo relucía, ya ves tú que tontá... pero me gustaba Inés, !qué cosas!.

- ¿Y qué fue de Fermín después de aquel día?, pregunté yo de inmediato, para no dejar a mi abuela divagando y divagando.

Ella volvió al asunto: pues Fermín vino con el cura para presentarse a mi padre y que le diera trabajo en los ultramarinos, porque la verdad, mi padre y mi hermano Manolo ya no daban abasto entre la tienda y el colmao, y necesitaban un mancebo. Mi padre, había ido días atrás a la sacristía a decírselo a D. Antonio.

- ¿El qué había dicho tu padre en la Iglesia, abue?

Pues, que necesitaba un joven honrado y trabajador para que estuviese con él y con Manolo en la tienda y en el colmao, me contestó mi abuela.

- No lo entiendo ¿y para qué fue a decirlo en la Iglesia?, ¿porqué no puso un cartelito en la puerta de la tienda, abuela?.

- !Ay hija, entonces los tiempos no eran así!, en 1951 no se ponían cartelitos de se necesita mancebo. Entonces Inés, uno iba a la Iglesia, se lo decía al párroco, y él, te buscaba a la persona que necesitabas.

- ¿El cura?

- Si hija sí, el cura. Por aquel entonces los curas tenían mucho poder y todo el mundo les mostraba respeto, nadie osaba escantillarse, nadie. Además, conocían perfectamente a las personas y a las familias y, cuando recomendaban a alguien, ese, por increíble que parezca, resultaba ser siempre un excelente mancebo, ya ves, parecía como que por arte de magia, nunca erraban en la elección.

- Y Fermín se quedó a trabajar con vosotros ¿no?

- Sí, así fue. Justo al día siguiente se vino a vivir a casa. Dormía en el fondo del almacén, en una especie de cuarto que mi madre le había preparado con unas gruesas cortinas de cuadros verdes. Detrás de las cortinas, estaban la cama, el armario, la mesilla...

-!Pues anda que vivir en un almacén entre sacos de lentejas, de patatas y de chícharos!, solté yo impetuosa y con cierto tonillo despectivo.

- Bueno Inés, veras, allí realmente no vivía, allí solo dormía, el resto del tiempo estaba entre el colmao y la tienda... date cuenta hija, que entonces se trabajaba a destajo, sin horario.

- ¿Y tu te ibas con él por las noches al almacén?

- !Pero Inés, cómo iba a hacer yo una cosa así!, !anda y no digas barbaridades alma de Dios!, me dijo bastante desairada.

- A ver abuela, ¿no quedamos en que ese chico fue tu primer amor?

- Sí hija, pero nada tiene que ver lo de enamorarse, con irse con él por las noches, !absolutamente nada Inés, vamos niña: nada de nada!, pero es que nada.

Yo, -prosiguió al cabo de un ratillo mi abuela-, me enamoré de él porque era muy buen mozo, alto y guapo, y me miraba con aquellos ojos verdes que me llenaban de rubor y vergüenza, y un nosequé me subía de abajo a arriba por todo el cuerpo, que no podía remediar y que me gustaba; pero no cruzábamos palabra él y yo porque mi madre me lo tenía terminantemente prohibido.
Claro que, de vez en cuando y como quien no quiere la cosa, yo entraba en los ultramarinos pidiendo -siempre a mi hermano Manolo- un pocillo de harina, o un poquito de sal, o azúcar, o aceite... y pasaba a su lado y él me miraba con sus ojos verdes, y yo casi me derretía, pero me iba pa dentro con la harina, la azúcar, la sal o el aceite, sin decirle ni media palabra.
Sólo después de muchos meses, un día le dije:

- Fermín ¿me puedes llenar la tina de aceite?

Él, me cogió la pequeña tina de cristal que yo le estaba alargando, y muy presto la llenó de aceite. Al dármela, me sonrió mientras me decía mirándome a la cara:

- Tenga, señorita Teresa.


.... os lo seguiré contando en la siguiente entrada.

* Este, es un fragmento de "La abuela Teresa", os refresco la memoria:
La abuela Teresa nace en plena guerra civil, ha vivido una infancia y una juventud lo feliz que le dejaron los tiempos y sus circunstancias, y es justo en este momento (su juventud en la Sevilla de principios de los 50) donde se encuadra el relato.
Luego, ya sabéis por otras entradas que he ido colgando, que la abuela Teresa se casó, que tuvo una hija, y que su casa, pertenecía a una red de mujeres maltratadas, que murió en extrañas circunstancias y que sin embargo su nieta Inés, puede verla, puede hablar con ella y tocarla y besarla y abrazarla... Inés (que es la única que tiene acceso a esa otra dimensión de su abuela Teresa), decide escribir un libro contando la historia de esa abuela suya tan especial, al principio, ni su propia madre la cree, pero, tras leer lo que Inés va contando en el bloc, Valme -su madre-, se da cuenta de que lo escrito no puede sino venir de la persona que lo vivió: su madre, y es solo en ese momento cuando empieza a creer a su hija, aunque, por más que lo quiere, no consigue ver a su madre, la abuela Teresa solo se aparece a Inés... Inés, es el nexo entre ambas, y el hilo conductor de toda la historia.
El relato en verdad es muy largo, en puridad no es que sea un relato sino que es más bien un cuento, lo escribí este verano, durante las vacaciones, y ya os puse algún capitulillo: "Sangre", que hablaba de Anselma, una entrada de octubre.


26 comentarios:

  1. Pues vendré a leerte para seguir al dedillo la historia de Fermin.

    Aunque no siempre hago ruido cuando vengo a verte, te sigo cuando veo que has publicado y me alegra saberte.

    Besos, de esos que tú me dejas en mi rincón, gordos y sonoros.

    Felices fiestas tesoro...

    ResponderEliminar
  2. Se masca la "passione"...!
    Que continúe, porfa, porfa, porfaaaaaaaaaaaaaaaa!!!

    Un gran beso y feliz semana!

    ResponderEliminar
  3. jejjejee es que las historias de amor de aquellos años no podían ser tan abiertas como las de ahora!, por supuesto!jajja...impensado sería en aquellos tiempos la décima parte de lo que hoy casi todo el mundo ve como "normal" entre dos enamorados o muco menos!

    una historia muy tierna que nos mete con gran encanto en tus recuerdos compartidos con tu abuela.

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  4. Resulta conmovedor y nostálgico, tengo que volver para saber de la señorita Teresa.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  5. Ay, que me mola a mí la historia de la abuela Teresa!!
    Pues sí, sí, porfa, que siga en la siguiente entrada, que eso de los primeros amores (aunque sean del año 51) siempre me gustan.
    Quizás es que soy una romántica y tó... O más cotilla que un paparazzi, que tó puedes ser!
    jajajajaaj


    Besos, niña!!

    ResponderEliminar
  6. Seguiremos la historia de la Abuela Teresa,todo un relato con un enfoque histórico costumbrista muy bien descrito.
    Un beso

    ResponderEliminar
  7. Me alegra mucho volver a leer de la abuela Teresa! Bonitas historias las de esa época.
    Besitos

    ResponderEliminar
  8. Hija, nos tienes hechos un ascua... Venga, danos más "comidica" para los sentimientos.

    Besicos.

    ResponderEliminar
  9. apm: Ya estaba deseosa de volver a leerte y disfutar de la fluidez con que escribes.
    Estas historias de antaño ¡me encantan!
    Cariños de : Doña Ku

    ResponderEliminar
  10. NUKE, millonazo de gracias Nuke !que alegría más enorme... de verdad, qué me alegro de verte, qué me alegro!. Ultimamente no tengo mucho tiempo de ná, porque, justo en este momento -el cierre del ejercicio- es cuando más trabajo tenemos en la oficina, y no doy abasto para tantísimo trabajo; y encima el blog me tiene de lo más entristecia por lo de la migración de Spaces Live al WordPress, pero tu me has dao un alegrón al verte aquí, ahora mismito me paso por tu rincón y te dejo muchísimos besitos gordotes y sonoros... sabes que te aprecio y te quiero, como dice mi hija pequeña: con cariño verdadero.

    Un besote regordísimo y mu sonoro

    ResponderEliminar
  11. NUKE, yo otra vez, no sé que pasará pero estaba en tu blog y no puedo dejarte comentarios, no sé si es cosa mía o tuya o de las dos o de ninguna, ya sabes, cosa del microsoft o del windows !ay, no sé practicamente nada de informática!, luego volveré a visitarte a ver si hay mas suerte. Me ha encantao el nuevo look y, estoy completamente de acuerdo contigo, mejor el zarpazo que la mentira, el peloteo y la hipocresia.
    Luego vuelvo. Mil besitos gordotes

    ResponderEliminar
  12. MERCEDES, millonazo de gracias por el comentario, reina... !ainsss, pues te voy a chivatear un pequeño secretillo, lo que se dice de passione, casi que no!, bueno, este finde cuelgo la continuación: mismamente mañana sábado si me da tiempo cuando vuelva de casa de mi amiga Esperanza que es su santo, y si no, el domingo.

    Un besote enormísisimooooooo

    ResponderEliminar
  13. NEO, millonazo de gracias por el comentario corazón, antes de ná... estoy ansiosa por ver el calendario, y bueno, respecto a los amores de los años cincuenta en España, pues, efectivamente, la mitad de la mitad y de esa mitad la mitad, en relación a la "normalidad" de nuestros días, enfin !que decirte Neo!, en algunas cosas indudablemente que hemos mejorao, pero como todo, en otras, pues, no tanto, ya sabes, como la vida misma.
    Este finde cuelgo la continuidad de los amoríos

    Millonazo de besitos

    ResponderEliminar
  14. FRAN, muchísimas gracias por el comentario reina, si, es así, resulta que esas historias con saborcillo de antaño, tienen como un nosequé que terminan por transmitir más que nada ternura ¿verdad?. Mañana o pasao cuelgo la continuación.

    Un besote gordísimooooooo

    ResponderEliminar
  15. LOU, millonazo de gracias por el comentario, corazón... si jamia, los primeros amores son los primeros amores, siempre gustan, !anda que no somos romanticonas ni ná Lou, dí que no!... mañana o tó lo más, pasao, cuelgo la continuación.

    Besotes enormísimos y regordos

    ResponderEliminar
  16. MIGUEL, millonazo de gracias por tu comentario... sí que estoy de acuerdo con lo del enfoque costumbrista, ahora, eso de muy bien descrito, es desde luego porque tu me miras con mu buenos ojos, la verdad... Millonazo de gracias.

    Besotes gorditos y sonoros

    ResponderEliminar
  17. SOÑADORA, millonazo de gracias reina, por tu comentario, la verdad, yo también le tengo un cariño muy especial a la abuela Teresa y a Inés, quizá porque son los únicos personajes de los que me he aventurado a escribir un cuento algo más largo, porque por lo general ya tu sabes, escribo relatos cortos y, !qué quieres que te diga, tantos renglones, que al final, es imposible la impermeabilidad!

    Mil besitos regordos

    ResponderEliminar
  18. GUILLE, millonazo de gracias por el comentario, !ay, que me gusta que pidas más comidica, hombre por dios!, ahora mismo, porque me voy a ir a recoger a mis hijas -que por cierto, hoy inusualmente han salido juntas en la misma pandi-, pero mañana o tó lo más pasao, pongo yo comidica, y, espero que te guste.

    Besotes, muchísimos pero que muchísimos besotes

    ResponderEliminar
  19. DORA, millonazos de gracias por el comentario... sí, a mi también me gustan las historias con sabor a antaño, ya lo he dicho antes, tienen un algo que, inevitablemente, te envuelven en ternura, y de ahí, a to lo demás. Espero que te guste la continuación.

    Millonazos de besitos gorditos y sonoros

    ResponderEliminar
  20. Hoy 18 es el día de la Virgen de la Esperanza, y en Sevilla, ya sabéis que hay dos Esperanzas a las que se les rinde especial veneración: la Macarena y la Trianera... mis felicidades a todas las Esperanzas en su santo, y muy especialmente a mi amiga, que se llama así por la Esperanza Macarena: va por tí, Espe

    ResponderEliminar
  21. En estas fiestas tan entrañables, con mis mejores deseos de ilusión, paz y felicidad.

    ¡¡FELIZ NAVIDAD!!

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  22. RICARDO, muchísimas muchísimas gracias, corazón... yo también te deseo unas fiestas entrañables y maravillosas, y que el año nuevo, sea de lo más dulce: Feliz Navidad.

    Mil besitos gordos

    ResponderEliminar
  23. Tienes la gracia de hacer entrar al lector como en un sueño: "lo recuerdo" pero no muy preciso, sólo la justa evocación. Además añades la duda para quien se pueda despistar de si es un diálogo entre personas contemporáneas (Inés y Abuela) del que con atención se resuleve al final: cuando la abuela contesta con claridad a las inocentes (y normales ahora) sospechas de la joven.

    La ilustración (el muñequito) va muy bien así como la foto en blanco y negro de un colmado de los de antes, de verdad. De esos que ya poco a poco y por desgracia van desapareciendo.

    Para el desenlace sabes cortar justo en lo más interesante como los que hacen guiones de telenovelas. Además has incluido una aclaración por si alguien que se haya apuntado a última hora tenga dudas.

    Mis mejores deseos, una vez más para ti y todos los tuyos en este 2011. Y un besote gordote.

    Manel

    ResponderEliminar
  24. MANEL, millonazo de gracias por tu comentario corazón... ja,ja,ja,ja, así que apunto maneras de guionista de telenovelas... pues ¿sabes que te digo?, que yo me cambiaba de profesión tal que ya, en un pis pas... y a maquinar culebrones !molón total!, !no sabes cuánto me gustaría Manel!
    También te deseo lo mejor de lo mejor para este nuevo año que recién hemos estrenao... que nos llene y nos mime en lo personal y en lo profesional... (incluido por favor lo del cambio a guionista de telenovelas, que es molón de la muerte)

    ResponderEliminar
  25. MANEL, yo otra vez hijo mío... que se me ha ido el dedito demasiado rápido y se ha publicao el comentario sin que lo haya terminao... me faltaban los besitos gordotes

    Millonazo de besitos regordotes, y que te traigan esta noche un buen regalito los Reyes Magos

    ResponderEliminar
  26. MANEL, ya he corregido la frase del inicio, ahora se entiende mucho mejor... !ay, que haría yo sin tí, corazón!, millonazo de gracias por la observación.
    Y millonazo de besotes gordos

    ResponderEliminar