lunes, 15 de noviembre de 2010

la puta y Robin Hood


La habitación de Elisa Mena en la planta de arriba de la casa rosa, estaba presidida -como todas las demás-, por un gran espejo envuelto en un marco dorado con manifiestas pretensiones barrocas. Desde la cama, situado como estaba en el lado opuesto, podía verse sin ninguna dificultad, del dorso para arriba de los ocupantes del lecho; la vista del dorso hacía abajo, suponía un pequeño esfuerzo, pero añadía morbo a la visión y sus efectos.
Salvo el espejo con pretensiones barrocas y la lámpara con lagrimitas de cristal, el resto de la habitación era sobria y funcional, lo que daba al lugar un ambiente cálido y acogedor. Los colores de las paredes, de la colcha, de las sábanas y de las cortinas eran en tonos beis, rosa palo, marfil y blanco roto, respectivamente, y matizaban su calidez con un toque de elegancia y sofisticación bastante a tono con la casa.

Era sábado, ya haría unas horas de haber amanecido, pues los tímidos rayos de un liviano sol de marzo se filtraban por entre visillos y cortinajes. Elisa, -titular del dormitorio-, llevaba un rato despierta en la cama sin hacer otra cosa que percibir las sensaciones del día: las luces filtrándose por la ventana dejando ver al contraluz las partículas de polvo en suspensión, los ruidos de los pájaros en el jardín, el tintineo de cacharros abajo en la cocina, y la respiración suave de don Alvaro que dormía profundamente a su lado.
De pronto, le hizo gracia que al mirar el reloj digital de su mesilla de noche desde el espejo, la imagen reflejaba un ll-OE, lo que hizo que girara súbitamente la cabeza y mirara de frente el reloj, comprobando que el ll-OE no se refería a Yo, Elisa -como interpretó su cerebro al ipso facto-, sino que estaba terminando el mes, y eran ya las once de la mañana.

Se quedó mirando hipnóticamente aquella imagen fechada reflejada en el espejo, pensando al mismo tiempo, que ya tenía treinta y tres años y pronto treinta y cuatro... y la llamada, esa llamada que como un Pepito Grillo vivía desde meses en su cabeza, no hacía más que recordárselo una y otra vez: treinta y tres, treinta y tres... y casi al instante, como si desde dentro se le encendiera una lucecita o se le activara un chip, en décimas de segundo, volvió con aquello de que tenía que tener un hijo, que se le estaba pasando el arroz, que treinta y tres eran treinta y tres, que el tiempo la apremiaba, y que para una mujer, el arroz, cuando menos te lo esperas resulta que termina pasándose.

Miró a don Alvaro durmiendo a pierna suelta a su lado, y no le pareció ni bien ni mal que fuera él el padre de su hijo, al fin y al cabo era una mera necesidad, ella no podía autoembarazarse, y total, a él iba a suponerle algo placentero y gozoso; sólo para ella sería mucho más, un todo más, un alto en su vida, un cerrar página, un pasar de puta a madre, un dejar de estar a disponibilidad plena y total para el servicio... ya no podría entrar y salir de aquí para allá trolley en ristre como la "secretaria" de tal o de cual, y desde luego, tendría que dejar la casa rosa y buscarse un lugar donde vivir, y un trabajo que le permitiera criar a un hijo con la cara en alto: era consciente de todo ésto.

Volvió a mirar a don Alvaro y lo tuvo claro, era su decisión: iba a tener un hijo, a nadie tenía que pedir cuentas y a nadie rendir explicaciones salvo a Robin Hood, su héroe, su ángel, su consultor, su consciencia.


(continuará en la siguiente entrada)


21 comentarios:

  1. apm: Esto del relój biológico es muy cierto, que yo sé de muchas chicas qué sienten que se quedan sin hijo a los treinta y tantos. Pero digo yo, ¡que ganas de complicarse la existencia!, si yo lo hubiese pensado mejor , me hubiese guardado de tener hijos hasta pasados los treinta y cinco. Bueno, no es que me arrepienta de haber tenido el primero a los veinte, pero, como que me quedé con la idéa de que debía haber estado más madura para ser madre y mientras disfrutar sin bebés otro tiempito.
    Lo que noto es que en Europa cómo que las mujeres son más despreocupadas en ese sentido y muchas tienen a sus hijos ya bastante maduritas o de plano no los tienen y ¡tan tranquilas!
    Saludos cariñosos: Doña Ku

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  2. Aquí quedo, esperando la continuación...

    Un abrazo.

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  3. Chunguillo el tema del reloj biológico, sí.
    Yo tb estaba con esa idea hasta hace unos pocos años: No encontrar al hombre adecuado, no iba a hacer que yo no tuviera hijos.
    Pero ahora, con los años que tengo, y el mundo en el que vivimos, me da un yuyu del copón traer un hijo a este mundo...

    Besos, guapa!

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  4. Como han cambiado la mentalidad de las mujeres .
    Hoy se les pasan el arroz a los treinta y tantos y en mi epoca ( que mal suena eso !!!) a los 25 nos sentiamos unas viejas .
    Pero , la ventajas de ser madres a los veinte es que nos queda más años luego para disfrutar ; y tener los nietos jovenes , que eso es lo mejor .

    Besos desde Málaga.

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  5. Hola, "mi arma"... Sí, por aquí estoy de nuevo,l para dar la murga. :))

    Que no sé qué del reloj???... espera... son...las 22:13h.

    Era eso de lo que se trata???

    jeje.

    A la espera de la segunda parte.

    Besicos

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  6. DORA, millonazo de gracias por tu comentario con el que estoy completamente de acuerdo. El acceso a la maternidad es cierto que ha experimentado notables variaciones en apenas un par de generaciones: las mujeres de la quinta de mi madre se casaban a los 20-22 años y enseguida tenían a su primer hijo, sin embargo actualmente las mujeres se casan a los 32-35 y aún tardan unos años en tener descendencia (una compañera de mi oficina, se casó hace un par de años y el mes pasado tuvo a su Fernandito, con 40 recién cumplidos), ésto, tiene -como todo- su puntito negativo y su puntito positivo... yo, -al igual que tú-, lo veo más en positivo: ahora se disfruta mucho más, de viajar, de salir y entrar... cuando tienes hijos recién casada, ésto, necesariamente lo tienes que posponer, y a veces vas posponiendo y posponiendo tanto que, efectivamente se te pasa el arroz y ya no te apetece tener un hijo y todo el berenjenal posterior.

    Un besote bien gordote y sonoro

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  7. NEO, muchísimas gracias por el comentario, reina, en unos días pong

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  8. NEO, no sé que le pasa hoy a la red que está hipersensible, ya ves, me ha dejado a medias contestándote... enfín, que lo que te decía es que en unos días colgaré la continuación, y que espero que te guste.

    Un besote enormísimoooooooooooooooo

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  9. LOU, millonazo de gracias por el comentario, corazón... te entiendo perfectamente, tener un hijo no es cosa baladí, hay que pensárselo siete veces, que, como bien dices, no está la vida nada fácil, pero que vamos, esto no va asociado a la edad: traer un niño al mundo hay que pensárselo y pensárselo tanto con 25, como con 35, o con 45.

    Mil besitos reina.

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  10. ANNICK, millonazo de gracias por el comentario... tienes razón, la mujer de hoy no es la misma que la de ayer, se evidencia muchísimo la evolución, sí, !heureusement!, en ésto, pienso que ha tenido mucho que ver la salida de la mujer al mundo laboral y su acceso masivo a la universidad (antes apenas se veían mujeres en las aulas de las Facultades, ahora, sin embargo, son mayoría).
    En lo de tener nietos jóvenes, desde luego que te doy la razón, mi madre -que también tuvo nietos jóvenes- se llamaba así misma "abuela yeyé", y mis hijas y sobrinas han disfrutado de ella y de su vitalidad de lo lindo, lo confirmo.

    Un besote bien gordote

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  11. GUILLE, millonazo de gracias por el comentario corazón, muchos millonazos !pero que alegría verte chiquillo!, !que alegría más grande por dios!... así que las diez pa y cuarto ¿no?, ja,ja,ja,ja,ja
    pues yo pienso Guille que los hombres también debéis sentir la llamada biológica, vale, a lo mejor no es un llamadón, pero una llamadita sí que sí ¿no?
    Enfín, en unos días os contaré lo que sigue... espero no desilusionaros.

    Millones de puñaos llenos de besitos pa reventar de gordos

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  12. Nunca he sentido la llamada del reloj ese...¿Es grave, doctor? :-)
    En cambio, salto corriendo a tu blog en cuanto el reloj me anuncia que has escrito algo nuevo! Así que no tardes mucho en continuar esta historia!!!

    Un grandísimo beso!!

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  13. MERCEDES, millonazo de gracias por ese comentario tan resalao... la verdad es que lo del llamado reloj biológico es -como todo-, relativo, ya sabes, según cada quien. Lo que sí te adelanto, es que mi reloj temporizador ya está programado para que en tres días cuelgue la continuación de la historia, así que ya mismito se sabrá que pasa con esta mujer, y, sobre todo, qué pasa con Robín Hood.

    Mil besitos gordisísimos

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  14. ¿Lo ha decidido ella y ya está? ¿La opinión de don Alvaro no cuenta?
    Esperaré a ver en qué termina todo esto.
    Las descripciones sobre el mobiliario y la ambientación muy buenas.

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  15. La historia promete.

    Lo más destacable es como vas haciendo la descripción, el juego de los espejos la decoración y zas! te plantas con un reloj digital, un cuerpo de alquiler y Don (que no falte) Álvaro (¿y si es un cura?) en una alcoba de un burdel que se llama casa rosa.

    Espero la siguiente entrega.

    ¿Como va tu estrés? Escribir un poco puede servir para combatirlo. Estaré antento al resto de la historia.

    besos enormes y un abrazo

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  16. Faltará saber que opina Don Alvaro no? Digo! Pues sin saberlo pasa a ser protagonista y aportante en la cuestion!
    Besitos,

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  17. ANDRES, millonazo de gracias por el comentario, corazón... Pues veras, el caso es que sí, que lo ha decidido ella y ya está, don Alvaro no tiene nada que decir, don Alvaro tiene lo que paga: un servicio, disfrute, un cuerpo por horas, nada más, y cuando no le guste el servicio, elegirá a otra y punto, sin más.
    La dueña de las sensaciones, las emociones, las ilusiones, es solo Elisa, sólo ella, nada más que ella... y le da igual que el padre de su hijo sea don Alvaro u otro, no le parece ni bien ni mal, porque tiene clarísimo, que la dueña de su cuerpo y de su hijo solo va a ser ella.

    Mil besitos, como siempre, gordísimos.

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  18. MANEL, millonazo de gracias por el comentario, antes que nada, mi estres, no del todo digerido, pero ya sabes, ahí vamos... piano piano; la verdad es que ahora es la época en donde el pico de trabajo en la oficina es más fuerte, y estamos todos pelín de los nervios, pero vaya, no creo que llegue la sangre al río...¿o sí? ja,ja,ja... el ojo, ya lo tengo tranquilito y en su sitio !uf!
    Y en cuanto a nuestra Elisa, pues resulta que ya ves, ella siente ese reloj digital... don Alvaro, te adelanto no es un cura, pero vamos, que daría lo mismo, a Elisa le da igual quien sea el cliente, es un trabajo, solo trabajo. Con respecto a su reloj, igual le da don Alvaro que don Pepe, que don Luis; el cuerpo es suyo y el hijo va a ser solo suyo... y la casa rosa va a seguir igual con Elisa que sin Elisa, eso sí, cuando decida quedarse preñada, se tendrá inexorablemente que marchar.

    Mil besotes corazón, gordisísimossssss

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  19. SOÑADORA, millonazo de gracias por el comentario, reina, pero resulta que no, que la opinión de don Alvaro no importa, para Elisa no... ella tiene clarísimo que el trabajo es el trabajo y nada más que eso, y que su cuerpo y su vida solo le pertenecen a ella, ella es solo su dueña y nadie más tiene opinión, si acaso Robin Hood, pero nadie más.

    Montonazo de besitos gordos, gordos, gordísimos

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  20. Hola amorosa, ya me he metido en la historia con patas y todo, ahora... ¡quiero saber cómo sigueeee!
    Pero qué situación, ni de puta una prescinde del instinto materno, claro que no, a ver si las pobres van a ser diferentes del resto, hay que tener coraje para dejar todo y comenzar desde cero, sí señor.
    Aquí me quedo, para saber cómo le ha ido a Elisa. Interesantísima historia...

    Besos gigantísimos.

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  21. LILI, millonazo de gracias por tu comentario, sí, las putas son como todas las demás mujeres, ni más ni menos que como todas, y el instinto es el instinto. He estado fuera de casa (ahora aprovecho los fines de semana para salir, que es una forma muy conveniente para digerir el estres que aún arrastro), dejé la continuación de la historia programada, pero cuando he entrado esta noche en el blog, he visto que no estaba colgada... algo habré hecho o no habré hecho, y no salió.
    La he puesto ya, ahora mismito... Elisa, en la historia está a punto de dar el paso, siente deseos de cambiar, de salir, de parir, no es fácil, en una situación como la suya desde luego que no es fácil, pero suerte que ella cuenta con Robin Hood.

    Buenas noches Lili (son ahora las dos de la madrugada), y millonazo de besitos gordísimos

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