Querid@s, tristemente empiezo esta entrada lanzando un grito de socorro: !socorro, estamos a punto del rescate!, ni más ni menos... vayamonos haciendo a la idea de que vamos a tener que ser rescatados. Nuestra prima de riesgo está a 539 puntos básicos, y ya no creo que se pueda sostener mucho más antes del crack, -y retomo mis palabras de inicio-: queridos, tristemente estamos al borde del precipicio, y más aún, sin as en la manga, sin conejo en la chistera, sin plan B, ni C, ni D... sin ni siquiera capacidad de evocar esperanza en días de vino y rosas. Sin que nadie en Europa nos crea solventes, sin apenas margen de maniobra. Con un agujero casi cósmico en nuestro sistema financiero (arrastrado y conocido, o, en clave política "maquillado" por varios gobiernos), aún pendiente de determinar... porque queridos míos, lo de Bankia no es un caso aislado, no, tristemente no, parece que es solo la puntita del iceberg, pues nuestros bancos, -todos-, están llenos de mierda-basura, -o en clave, esta vez económica, "de activos tóxicos"-, y el país, al borde mismo del precipicio y la bancarrota.
Nunca hemos estado peor. Nada diré de los brutales recortes del Gobierno, ni de los asfixiantes ajustes malabares para cumplir el déficit, ni de los que aún vendrán, ni de la escandalosa -y dolorosa- cifra de parados, nada diré ahora, porque el título de esta entrada por sí solo, es determinante y expresivo: !Socorro, que se nos cae el país!, que se nos está cayendo a cachos.
Hoy, día festivo en Sevilla, veo alarmada las noticias en el telediario, y a Mafo (Miguel Ángel Fernandez-Ordoñez, a la sazón gobernador del Banco España), pidiendo sensatez y diciendo que no puede hablar porque se lo ha pedido el gobierno... !pero qué sensatez ni qué ocho cuartos!, ¿la misma sensatez quizá que tubo él conociendo la situación financiera in extremis y mirando para otro lado?, pienso -también tristemente-, ya lo veis, hoy, todo tristemente, que si no se solicita ya el rescate a Bruxelas, es simplemente por las consecuencias políticas y sociales que un rescate lleva aparejadas.
Me atrevo a vaticinar que mañana el Gobierno nos anunciará un horizonte a corto de nuevos recortes, nuevos ajustes, y más subidas de impuestos, y nuevamente nos pedirá que nos apretemos aún más el cinturón... y eso que estamos a punto de estrangularnos la cintura de tanto apretar; pero lo triste, lo verdaderamente triste, es que aún éstos, vendrán más recortes, y más bajadas de sueldo, y más desempleo, y más tijeretazos: Europa es inflexible.
!Socorro!