desde Sevilla, con la siempre calidez de un balcón con flores, con las ventanas abiertas de par en par, como en la vida misma o en los caballitos de un tiovivo: a veces arriba, a veces abajo, capeando el temporal dignamente, con vitalidad y optimismo, y desde luego, renaciendo como el mar... "la mer, la mer toujours recommencée", que ya cantara el gran Paul Valery en Le cimetière marin...
sábado, 27 de noviembre de 2010
la puta y Robin Hood (continuación)
Desde que Elisa viera de niña aquella película en el cine de verano de su pueblo, Robin Hood saltó literalmente de la pantalla a su corazón, y desde entonces, ya siempre estuvo presente en su vida; bien es cierto que no de una manera física y real, pero sí como aquel con quien hablaba en voz baja de sus ilusiones, de sus miedos, de sus glorias y de sus miserias, aquel a quien consultaba sus decisiones y a quien sentía día a día a su lado, aquel con quien comparaba a todos, aquel que jamás la abandonó, y el único que de verdad la conocía de veras.
Y es que !cómo no llevar en el torrente sanguíneo a alguien tan generoso, tan resuelto, tan gallardo, tan cautivador... ya tratando a todas las mujeres como damas, ya robando a los ricos para repartir el botín con los pobres, ya aceptando a su lado a todo el que quisiera ser libre, sin importar lo más mínimo su pasado!, !era imposible no llevar a un hombre así en el corazón!, !imposible!.
E igual que estaba segura de la existencia de Robin, la misma seguridad tenía en que debía existir un lugar como el bosque de Sherwood, un lugar diferente, donde ser libre, donde vivir sin pasado, donde respirar, donde susurrarle a la vida... y tenía que encontrarlo, o al menos... intentarlo.
Como siempre, sentía a Robin cerca, a su lado, y puesto que don Alvaro seguía dormido a pierna suelta, Elisa decidió reacomodarse en la cama volviéndole la espalda, por lo que metió un brazo debajo de la almohada, puso el otro encima, y comenzó a hablar:
- Robin, ya te lo conté el otro día, quiero tener un niño, quiero tener mi barriga y mi bebé, siento un algo que me hace desearlo por encima de todo, por encima incluso de la casa rosa... no me importa tener que marcharme, bueno, sí que me importa, ya sabes Robin que aquí estoy bien, muy bien, que no me falta de nada y que tengo dinero para todo, pero es que me importa más el niño, quiero tenerlo Robin, siento deseos de parir y no puedo evitarlos.
Ya sé que tendré que irme de aquí, pero, puedo irme a Alicante con mi hermana, vivir en su casa, cuidar del Robert y del Marcos, planchar, fregar, barrer... mientras me crece el bombo, y cuando nazca el niño, buscarme un trabajo -otro trabajo- ¿no crees Robin que con mi hermana estaré bien?, ¿a que sí?, y total, tampoco necesito tanto, cama y comida, porque parir es gratis en la Seguridad Social, y ya le buscaremos al niño la cunita y la ropita de sus primos.
Y en este monólogo entre si misma y Robin Hood estaba, cuando el campaneo del ángelus despertó a don Alvaro, cortando de inmediato sus cuitas y conminándola al ejercicio de su papel:
- Buenos días mi cherí, ¿que tal ha dormido mi osito, eh?, ¿quieres que te traiga el desayuno mi amor?.
Y un don Alvaro bostezante y desperezándose, tocándole las tetas con ternura, le contestaba que lo de siempre, que un café solo y panecillos Bimbo con mantequilla y mermelada de ciruela.
Elisa, salió de la cama, se puso una bata y se marchó abajo a por el desayuno. Antes de cerrar la puerta y salir de la habitación, se giró pícara hacía don Alvaro para lanzarle un besito mientras se ajustaba el cinturón de su bata, después de todo, ella era una puta y nobleza obligaba, el trabajo es el trabajo, y siempre debía estar bien hecho.
Por las escaleras, iba hablando con Robin de parir un hijo, cerrar una página, dejar de ser puta y pasar a ser madre... al llegar a la cocina, la escena de dentro curiosamente la sorprendió, una escena que por otro lado era de lo más habitual y de la que ella misma había participado un sin fin de veces, sin embargo, esta vez se quedó callada e inmóvil en el quicio de la puerta, observando como algunas de sus compañeras trajinaban tazas, copas, exprimidor, cafetera, tostadora... preparando cansinas el desayuno de sus cada quien, mientras unas a otras se preguntaban por lo bajini, para no alertar a doña Rosa que se tomaba un té mientras leía el periódico en el saloncito de al lado, que cómo les había ido la noche y qué que tal se les presentaba el día.
Elisa las fue observando una a una: todas jóvenes, todas hermosas, todas con preciosas batas de alta lingerie, y todas suspirando porque llegara un día un hombre que las jubilara... un hombre, antes de que el tiempo y la edad las apartara de la casa rosa. Era un brindis al sol, sí, pero pese a todo, era esa ilusión última que jamás decae y que precisamente te sustenta, y apoyada en la puerta, no podía sino sentir amargura, mucha amargura del eterno brindis al sol de sus compañeras de oficios y sacrificios.
Antes de entrar a la cocina, volvió la cabeza hacía un Robin inexistente pero al que sentía presente y a su lado, le dió por mirarse a sí misma un instante, y un chispazo de ironía le estalló por dentro, de esa ironía que te arranca de cuajo risas y llantos a un tiempo. Las demás, habían ido saliendo con sus bandejas de desayunos y la cocina, se había quedado muda e inerte como un trasto inútil.
En silencio, Elisa se dispuso a trajinar tazas y cafetera y tostadora... y su cabeza hablaba, le hablaba, ya no podía evitarlo, hablaba de un hijo, de treinta y tres, de cerrar un capítulo, de ir en busca del bosque de Sherwood... sí, porque resulta que ella lo sabía, que en el fondo siempre lo supo, que cuando se es puta, es muy conveniente tener un Robin Hood que te acompañe hasta encontrar tu sitio, que una misma es la única dueña de todo su mundo, y que la voluntad siempre deja pequeños a los brindis al sol.
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La prostitución ha existido siempre, es así, tan antigua como el hombre, y existe precisamente porque la sociedad la necesita, ni más ni menos, por lo que no va a desaparecer. Las putas, ganan dinero rápido comerciando con su propio cuerpo, dinero rápido, que no fácil... es un trabajo especialmente inseguro y muy cruel (y podemos extendernos porque el tema da para muchísimos más adjetivos); el clan ayuda, entre ellas se sienten más cómodas y seguras que solas en una esquina cualquiera. Saben perfectamente de la hipocresia humana, saben que el "caballero liberador" que las jubila para siempre es un brindis al sol, lo saben, pero es su tabla de flotación, ese clavo al que se agarran incluso ardiendo.
ResponderEliminarLa liberación -en la prostitución- y en todo, ha de venir de dentro, de tu voluntad, de tus ovarios, por eso Robin Hood aquí juega como elemento positivador, alguien inexistente y existente a la vez que te da la seguridad necesaria para en un momento dao tirar pa lante, y que no tengas que estar esperando a ese brindis al sol de la jubilación liberadora.
Mil besitos gordísimos a tod@s
apm: Cuando escucho aquello de "la vida fácil",me pongo a pensar que no ha de ser nada fácil esa vida, comenzando porque deben tener intimidad con hombres poco atractivos o viejos o que huelen a alcohol y además huelen a sobacos y a pies sin lavar; me estremezco sólo de pensar en estas posibilidades.
ResponderEliminarPero lo más triste, es que muchas de ellas renuncian a la maternidad o de tantas veces que abortan, terminan por no poder concebir. Algunas tienen hijos, pero los condenan a ser hijos de prostituta, que equivale a sentir verguenza o a negar su procedencia.
Ser de la "vida fácil" ha de ser bastante dificil.
Cariñosamente: Doña Ku
Afíjate la horica que me sa hecho... mañana, con más tiempo paso de nuevo.
ResponderEliminarBesicos, resalá
Me ha parecido esta parte segunda mejor aún que la primera, está impregnada de agridulce esperanza, tal vez inalcanzable para la protagonista, pero esperanza al fin y al cabo del inicio de una vida más digna.
ResponderEliminarBesos
!Vaya por dios!, después de la semanita que llevo trabajando fuera de casa, resulta que entro al blog y no se que le pasa al pobre mío, no me dejaba contestar a vuestros comentarios, y encima, previamente me sale un texto longuísimo de aviso, que me dice que van a producirse una serie de cambios importantes en mi cuenta de Spaces, y que tengo que migar mi blog actual de Windows Live Spaces a WordPress.com, y que el 16 de marzo de 2011 mi blog actual se cerrará... Por favor ¿alguien sabe explicarme ésto?, y, más concretamente ¿cómo se migra un blog?... una ayudita please.
ResponderEliminarAhora, ya que puedo entrar en publicar un comentario os contesto Dora, Guille y Andrés, pero por favor, necesito que me digáis COMO SE MIGRA UN BLOG.
Un besito enorme a tod@s
DORA, millonazo de gracias por tu comentario, y perdón por todo el retraso en contestarte, pero ya ves que no podía... en lo que me dices, estoy completamente de acuerdo contigo, completamente. Es una vida difícil, muy difícil, un trabajo mucho más ingrato que grato, con el que se gana un dinero rápido pero altamente costoso para una mujer... sí, tienes todita la razón.
ResponderEliminarMil besitos gordísimos y sonoros
GUILLE, muchísimas gracias por el comentario, corazón... las tres y media de la madrugá, y sin dormir... no creas, conozco eso, a mí me cuesta muchísimo lo de pegar ojo, y si encima tengo -como ahora- una carga importante de trabajo, la tensión y el estres me lo ponen aún peor... vaya Guille, siento que seamos los dos ojopláticos, con lo bien que debe sentar eso de caer en la cama y dormirse al instante sin despertarse hasta que suene el reloj... !enfin, no nos queda otra que paciencia con Morfeo!
ResponderEliminarCon besote gordísimo, corazón
ANDRES, millonazos de gracias por el comentario, muchos millonazos, la verdad es que cuando maquinaba este cuento en la cabeza, pese a todos los finales posibles, siempre quise que fuera así, transmitiendo una sensación agridulce, y solo con la seguridad de que puedes si quieres, y quedarme ahí. Como habrás oído muchas veces ya que es andaluz el dicho: me has cogido todas las puntás, hijo mío.
ResponderEliminarUn besote enorme, ya sabes, gordisísimo
Pues si la muchacha quiere tener un hijo, seguro que lo tendrá. Me gusta pensar que la gente siempre consigue lo que anhela. ¿Qué mayor felicidad hay que ésa, no?
ResponderEliminarPero sí, estoy con vosotros. De vida fácil, nada de nada.
Besos, guapa! Mú enormes y mú grandísimos!!!
LOU, millonazo de gracias por el comentario mi diablilla maravillosa, sí, a mi también me gusta pensar que la gente consigue lo que anhela, es aquello de qué querer es poder... y claro, lo uno lleva a lo otro, tener un hijo pero dejarlo todo, toda esa vida que, por supuestisimo que no es fácil, nada fácil.
ResponderEliminarMil besitos mu gordos y mu sonorísimos
Héroes como Robin, capaces de intentar hacer realidad la justicia que no llega, son ya inexistentes, pero siguen enamorando con su romanticismo.
ResponderEliminarBien por Elisa que se ha decidido a ser su propio Robin.
Un abrazo!
Ali, claro que es un tema que da y para mucho. No se puede permitir porque es una exclavitud, en especial si se traen mujeres y niñas de países donde no hay derechos. Si se "legaliza" se deja de mirar y claro. Ahora, nadie puede prohibir que dos individuos acuerden cambiar sexo por dinero. Esto existe y existirá. Lo duro y lo cruel es cuando para una parte, no hay otra alternativa que esa.
ResponderEliminarEs una ratonera como dices: Dinero aparentemente fácil y rápido. Bueno eso no es en todos los sitios. Por lo que he leído, en los ochenta, una parte de las prostitutas iba bajando el camino de la casa a la calle y de la calle a la callejuela. En cambio, otras habían sabido ahorrar para pagar un colegio caro a sus hijos y además retirarse a tiempo.
Pero en las últimas redadas que se están haciendo la cosa no es ni fácil ni rápida ni agradable. Los negreros se quedan el 50% del servicio (que ha bajado de precio por la competencia y la crisis). Luego para que las chicas estén "alegres" y no se depriman: se les ralla con polvillo blanco (ya sabes) y para que no se les ocurra tomar confianza y escapar se las pasea por toda la geografía española...
Esto es el juicio de valor de tu texto, ahora lo literario. La palabra es Naturalismo (no pueden escapar a su destino predeterminado) "brindis al sol" y así, el personaje tiene su alter ego imaginario con el que puede subsistir a esa realidad dura y cruda. Has escogido una prostituta y qué mejor, qué paciencia hay que tener para aguantar a Don Álvaro porque seguro que al señor (gordete) le debe gustar el misionero, luego el aliento, la servitud. Pero don Álvaro, compra su cuerpo y no su mente, su Robin, su ilusión... o su brindis al Sol!
Que oportuno lo que vio, probablemente sea ese su mayor aliciente para ir en busca de su bosque de Sherwood y concretar sus sueños de ser madre.
ResponderEliminarBesitos,
NEO, millonazo de gracias corazón por este comentario tuyo con el que estoy completamente de acuerd
ResponderEliminarNEO, perdona hija pero es que el blog o el Windows Live o lo que sea está fatal, de hecho acabo de colgar una entrada pidiendo ayuda para migrar el blog, porque parece que tengo que migrarlo a un tal WordPress.com, y no sabes que tarde me ha dado... venga a tener que salir del blog y de internet, nosécuantisimas veces he tenido que reiniciar el equipo, jolín, y toda la tarde así... al final, he conseguido colgar la entrada, y es que, como dice una canción de Sabina "estoy más perdida que un torero al otro lado del telón de acero"... enfin, antes que se me corte el comentario, que lo que te decía es que estoy completísimamente de acuerdo contigo !y cómo no!, yo tam
ResponderEliminarNEO, otra vez !qué paciencia señor!, que, te decía que yo también soy una de esas enamoradas del romanticismo de un héroe como Robin Hood, una enamorada de las causas perdidas y de la justicia que no llega de otro modo... me uno contigo a ese "bien por Elisa", por convertirse en su propio Robin: !bien!
ResponderEliminarMillonazo de besitos, millonazos -en plural-, y por supuesto, de los gordos
MANEL, millonazo de gracias corazón... a ver si me deja el blog o internet o el Windows Live, o quien sea contestarte sin que se me vaya el comentario... Como no podía ser de otra manera, estoy totalmente de acuerdo contigo, letra por letra y palabra por palabra !claro que sí, cómo no!.
ResponderEliminarLa prostitución es cierto, como tu dices es una esclavitud, y una ratonera, una tremenda ratoner
MANEL, nada, otra vez yo... jolín, estoy de los nervios ya con el Windows de las narices, y con el blog y con el Live Spaces, y con la migración que es una palabra fea y triste y que por lo visto habita hasta en lo virtual.
ResponderEliminarQue te decía, que efectivamente es una ratonera... entras para conseguir un dinero rápido -que puede parecer fácil pero que es difícil, que duda cabe-, difícil, en el fondo es de verdad demoledor y dificil y, zas, se activa la trampa y estás atrapada, con la patita cogida y sin poder zafarte de la ratonera... el queso, se lo lleva el chulo negrero, pero, para que no te deprimas, te da coca !triste, cruel, tremendo, demoledor... tantísimos adjetivos!!!!
Sí, tienes razón, don Alvaro compra solo su cuerpo, nada más, Robín y ella misma, ella misma y Robin son su propia liberación, mucho, muchísimo más que un brindis al sol.
Millonazos de besotes bien gordos y sonoros
SOÑADORA, millonazo de gracias por el comentario, reina... la verdad, una misma es el motor de su propia vida, por eso la liberación de cualquier ambiente, cualquier problema, cualquier cosa, debe venir siempre de tí, de tus adentros, de tus ovarios, pero claro, siempre es mejor tener algún aliado, algún aliciente, y quien mejor que un Robín Hood, un héroe romántico e infatigable, desde luego, a Elisa, el tener a ese Robin-Pepito Grillo con el que hablar, al que contar sus cuitas, con el que idear planificar un futuro, le vino, como tu dices, mejor que mejor, de lo más oportuno... aquí hay un refranillo que dice "como anillo al dedo".
ResponderEliminarUn besote enormísimo, reina... gordo, gordo a rebosar