Eran las seis y poco del miércoles y, como todas las tardes de los miércoles estaba allí, en aquel hotelito discreto de las afueras, tras haber despedido al cliente.
Desde hacía dos años, esta rutina formaba parte de su vida y constituía su gran secreto, su secreto. No le afectaba moralmente, ya no, sabía de sobra lo que costaba la independencia... pagar el piso, la factura de la luz, la del teléfono, la matrícula de la facultad, el metro, la ropa chic que le gustaba llevar, llenar el frigorífico... sabía perfectamente cuánto costaba la independencia.
Durante estos dos años había sorteado con bastante habilidad las preguntas escabrosas de su familia a cerca de sus ingresos, contestando con un lacónico "cuido niños, soy canguro", lo cual era cierto, aunque insuficiente... durante estos dos años había ocultado con notable eficiencia a sus amigos, esos enigmáticos miércoles suyos; no obstante, llevaba un par de días que notaba como entre la pandilla se había instalado una atmósfera diferente, densa, hermética, que pesaba como una losa y le incitaba a la tristeza, a un sentimiento de penosa soledad.
De igual manera venía constatando mil miradas de soslayo, claramente sospechosas, entre sus compañeros de clase.
Sonó el teléfono, salió de la ducha presta a cogerlo, secándose todavía el pelo. No reconoció el número al mirarlo en la pantalla del móvil, no le dió tiempo a contestar el consabido "sí", "diga", porque apenas descolgó, escuchó un nítido !puta!, solamente eso, nada más, sólo eso, el que llamó colgó de inmediato tras el mensaje.
Exhaló un suspiro que le llegó al alma, hondo, uno de esos suspiros profundos, sinceros, dolorosos, y en el que recordó de pronto aquellas palabras que desde niña le decía su madre: los actos siempre tienen consecuencias. Un suspiro, que después de todo, sentía casi liberador.
Siguió, siguió mecánicamente vistiéndose, y allí, sentada en la silla de aquella habitación discreta, poniéndose las bragas, su mente, voló sin saber porqué, a aquellas palabras de don Quijote a Sancho: ladran, luego cabalgamos... las lágrimas, le caían copiosas mojando las baldosas del suelo.
Mil besitos querid@s. Sed felices
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HOLAAAAAAA AMIGA VINE A TRAERTE UN OSITOOOOOOOO
QUE TENGAS UN MUY LINDO FIN DE SEMANAAAA
UN ABRAZO DESDE MUNDO ANIMAL.
CHRISSSSS
Hola apm, antes que todo mil gracias por los comentarios ofrecidos a mis blogs, me ha dado inmenso gusto encontrarte y espero sigamos visitándonos.
ResponderEliminarMe dejas sin palabras ante tu relato, tus letras son verdaderamente atrpadoras de atenciones y has logrado trasladarme a ese lugar, en donde sé lo que cuesta la independecia...
Me encanta como escribes, amenazo con volver.
Besos
CHRIS, muchas gracias por el comentario, corazón... también yo te deseo un buen finde.
ResponderEliminarUn besote, de los gordísimos
MINA, muchísimas gracias por el comentario, la verdad es que tus blogs son fantásticos, magníficos, y escribes maravillosamente bien tanto en verso como en prosa, en una prosa poética muy envolvente. Me alegra que te haya atrapado mi relato, y que amenaces con volver... yo también amenazo con volver a tu casa !ya lo creo!
ResponderEliminarUn besote, de los gordísimos
Jo, me ha gustado un montón el texto.
ResponderEliminarY es que, a veces la vida es tan complicada, que realmente no sabemos nada de nada.
Y lo de juzgar al resto de la humanidad por sus actos es lo único que sabemos hacer, sin plantearnos el por qué, verdad?
Muchos besos, niña!!
Mejoras cada día. me ha gustado mucho tu relato. Es duro y emotivo, pero sin perder de vista algo de ternura y humanidad.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un abrazo.
LOU, millonazo de gracias por el comentario, encantadísima de que te haya gustado... sí, tienes razón, a veces juzgamos demasiado ipso facto, demasiado a la ligera, y la vida es complicada, demasiado complicada.
ResponderEliminarUn besote, ya sabes tú, de los gordísimos
JOSE LUIS, muchísimas gracias por el comentario, muchísimas, de verdad... el relato es duro, es cierto, pero efectivamente con marcados tintes de humanidad y ternura, en un equilibrio difícil entre la comprensión, la aceptación, y la reprobación.
ResponderEliminarUn besote, por supuestisimo, de esos bien gordos
Me gustó el relato aunque hay una frase con la que no estoy de acuerdo: "los actos siempre tienen consecuencias" debería ser así pero por desgracia estamos cansados de ver como gente sin escrúpulos se sale siempre con la suya.
ResponderEliminarEn el fondo de su ser, por qué lloraba la chica???
ResponderEliminarQuién cabalgaba y quién ladraba???. Creo que ella, ni lo uno ni lo otro.
Un texto con un sentido profundamente humano y que habría muuuucho que analizar... o nó. Para mí, sí. (yosque le doy muchas vueltas al coco en estas cosas... jeje)
Besicos.
URQUIJO, muchas gracias por el comentario... fue un placer leerte en tu blog, aunque mi comentario fuese de nula ayuda, pero es que la pregunta se las trae, caramba.
ResponderEliminarSí, lamentablemente es cierto lo que dices, hay gente sin escrúpulos que siempre se sale con la suya, es verdad.
Un besote, de los gordos
GUILLERMO, mil gracias por el comentario, corazón... por partes, veras Guille, la chica lloraba porque le pesaba inmensamente el prostituirse los miércoles, pese a su motivo, porque veía que la inmunidad de su secreto se venía abajo, porque en el fondo no esperaba esa llamada de teléfono, anónima, sin opción a defensa.
ResponderEliminarLos que cabalgan son don Quijote y Sancho, y los que ladran son los perros que vienen detrás pisándoles los talones, esta frase -que en verdad no está en el libro (el Quijote, claro)- la emplea el sentir popular para indicar algo así como el refranillo ese de cuando el rio suena, es que algo lleva, ya sabes...
Y sí, habría mucho, muchísimo que analizar en esta situación !ya lo creo que sí!
Un besote, como siempre, de los gordísimos
la cobardía anónima, de la voz en el teléfono...
ResponderEliminareso es lo peligroso, que no podamos hacer de nuestras vidas, aquello que deseamos.
necesidades tenemos todos, como las resolvemos, es privado de cada uno
abrazos querida amiga
Cada uno debe afrontar las consecuencias de sus actos y no debería importarle el que dirán.
ResponderEliminarMe encantó tu texto, apm, es tierno, melancólico, humano, uno de esos textos que te dejan pensando...
Un besotón, mi dulce :)
ABU, muchísimas pero que muchísimas gracias por el comentario... estoy contigo, tienes toda la razón del mundo y aún más, así es, la cobardía anónima en este caso de la voz del teléfono, que te deja, sin opción siquiera a defensa, a explicación... efectivamente, es privado la forma de resolver las necesidades.
ResponderEliminarUn besote, como siempre, supergordísimo.
LILI, millonazo de gracias por el comentario, millonazo... es verdad, cada uno debe afrontar las consecuencias de sus actos sin importarle el qué dirán, aun cuando sea un trago difícil.
ResponderEliminarLa encantada soy yo con que te haya gustado.
Un besotón también para tí, un besotón supergordísimo
A veces, lo que llamamos independencia no es más que un estado lacónico de esclavitud. Todo tiene su ida y vuelta.
ResponderEliminarUn abrazo!
P.d
muchas gracias por tus amables comentarios en mi blog!
Triste pero buena entrada. Me encanta viajar con las historias contadas. 1abrazo
ResponderEliminarNEO, millonazo de gracias por el comentario, reina mía... tienes razón, estoy totalmente de acuerdo contigo, totalmente, todo tiene su ida y vuelta, o como decimos por aquí, todo tiene su cara y su cruz... ¿como que gracias por mis amables comentarios?, gracias antetodo para ti, como dice mi hija pequeña cuando quiere hacer énfasis en una cosa que es verdad por evidente, ella dice eso es "verdad verdadera", pues eso, mis comentarios son verdad verdadera, y transmiten cariño, mucho cariño, porque es eso lo que te tengo.
ResponderEliminarUn besote, como siempre, de los gordos.
DAVID, muchas, muchísimas gracias por el comentario corazón... sí, tienes razón, que duda cabe que es una historia triste, triste y dura, aunque también está llena de humanidad y de matices, como la vida misma, las cosas no son blancas o negras. David, la encantada soy yo de que te haya gustado el relato... encantadísima
ResponderEliminarUn besote, ya sabes, de los supergordos.
Hola apm
ResponderEliminarQué bien se te da esto de escribir relatos, cada uno de ellos lleva una historia personal,que cualquiera se puede ver reflejado.
Esta chica, como otras, mantiene su independencia esclavizando su cuerpo,aunque personalmente no creo que la más acertada, es una opción de vida.
Un gran abrazo y que pases una buena semana.
ALHENA, millonazo de gracias por el comentario, millonazo... ya ves reina, aquí me tienes, escribiendo relatos de mujeres de todo tipo, en este caso, la chica que mantiene su independencia esclavizando su cuerpo, -efectivamente, como tú dices-... y, ni a tí, ni a mi, ni siquiera a ella misma le parece la forma de vida más acertada, !claro que no!
ResponderEliminarUn besote, como siempre, de los supergordísimos
Hola, apm, ¿ Cómo estás? Me ha encantado tu post. Incluso no he podido evitar el que se me cayera alguna lagrimilla.
ResponderEliminarUn rampybeso y feliz día
RAMPY, muchas gracias por el comentario, corazón, muchísimas gracias... la encantada más que nada soy yo con que te haya gustado el relato hasta incluso la lagrimilla, eres un sol.
ResponderEliminarUn besote, por supuestisimo, de los gordos
Tu post es duro y real como la vida misma ... A veces buscamos la soledad consentida para librarnos de algo que nos aprienta demasiado y deseamos liberarnos....¿ cómo...? Acudiendo a ese hotelito todos los miércoles... Me gustó tu relato... Es muy real.Un abrazo grande.
ResponderEliminarANGELA, millonazo de gracias por el comentario, de verdad, encantadísima de que te haya gustado este relato, y sí, tienes toda la razón, a veces creemos bueno algo que luego nos aprieta y deseamos liberarnos... como la chica del relato
ResponderEliminarUn besote, por supuestisimo, bien gordo
DRACO, !que gran idea!, muy buena esta idea tuya del comentario dando a conocer el libro y también el blog... yo, que me río a rabiar, con las cosas que pasan en esa Hostería de Cristófano Butarelli, y que disfruto leyendo los relatos por capítulos de Salmorelli (Tomás Prieto Martín), recomiendo de veras que entréis en sus blogs y, desde luego, que leáis esa primera novela suya.
ResponderEliminarUn besote Marita, ya sabes, un besote de los supergordos
Me he visto en la piel de esa mujer...Me ha encantado tu relato.
ResponderEliminarPerdona que llegue tan tarde, no sé porqué no se me actualizó la entrada de tu blog...Ay San blogger...:(
Muchos besitos preciosa.
ANA, tú no llegas tarde nunca, pero que nunca... bienvenidisima siempre en cualquier momento. Muchísimas gracias por el comentario, corazón, la encantada soy yo con que te haya gustado, ya sabes.
ResponderEliminarUn besote, de los supergordísimos
SALÍ A PASEAR A JUANDRILA, LA CERDITA, Y ENTRAMOS A SALUDARTE, UN ABRAZO APM
ResponderEliminarApm, tu relato me dejó un sabor tristón. En realidad, quién es quién para juzgar a nadie?Pero es cierto que ahora , de pronto, su mundo ya no es seguro y tendrá que enfrentar momentos duros.
ResponderEliminarBesitos,
Apm: No son todos los que están, ni están todos los que son. Esto viene al caso, porque hay quienes toda su vida pasan por personas de intachable moralidad y no lo son, y hay otras que a pesar de pasar por inmorales son más integras, que quienes las acusan.
ResponderEliminarTodo es muy relativo, querida amiga.
Con mi cariño: Doña Ku
Nadie tiene derecho a juzgar a nadie... siempre he dicho que prefiero una puta a una proxeneta, un hijo gay a un hijo violador...creo que la sociedad es muy hipócrita en esto y juzgan a las prostitutas pero no al señor bien vestido que van a buscarlas para salir después a pasear con su encopetada esposa...
ResponderEliminarUn beso.
Muy bueno.
ABU, encantadisima de que pases a saludarme cuando sales a pasear a Juandrila, ya sabes que no solamente eres bienvenidísima, es que estas en tu casa: en tu casa, Abu
ResponderEliminarUn besote enormísimo, como siempre
SOÑADORA, mil gracias por tu comentario, corazón, sí, tienes razón, es una historia triste y dura, sobretodo por lo que tú dices, porque nadie es quien para juzgar a nadie, efectivamente.
ResponderEliminarUn besote, ya sabes, de los supergordos
DORA KU, muchísimas gracias por el comentario, de veras, más que muchísimas... sí doña, tienes toda la razón del mundo: ni son todos los que están ni están todos los que son. Efectivamente, hay quienes pasan por una intachable moralidad y luego todo es pura fachada, sólo eso, mera imagen, y otras, que podrían pasar por inmorales y resulta que tienen más integridad que sus acusadores, !cuantísima razón tienes!... ¿quien es nadie para juzgar?
ResponderEliminarUn besote de esos supergordos llenísimos de cariño
ZAYI, millonazo de gracias por el comentario mi reina, millonazo... ¿cómo no estar de acuerdo contigo?, así es hija, la sociedad siempre ha sido muy hipócrita en ésto, juzga a las prostitutas y no al señor trajeado que va a buscarlas, para salir después del servicio de paseo con su encopetada esposa... ¿quien es aquí el/la moral y el/la inmoral?
ResponderEliminarUn besote, ya te podrás suponer que de esos bien gordísimos
apm, niña candorosa con cuentos que descubren secretos de heroínas,de martíres,de un mundo que sólo está en un abrir y cerrar de ojos.
ResponderEliminar¿ que es la vida ?
¿ que es la moral ?
anda,que los cuentos ,cuentos son, y a nadie dañas con escribirlos,y nosotros,con leerte.
Disfruto mucho tus relatos,siento que cada día eres más ágil con la pluma,o con el teclado ???
en fín que te puedo ver,casi escuchar,con sólo leerte.
recibe un gran abrazo,y muchos besos desde México.
Excelente texto y bonito blog,
ResponderEliminarha sido un placer pasar por
tu casa,
feliz semana
un abrazo
MARUCHA, muchísimas gracias por este comentario tan cariñoso tuyo, de veras, muchisimas gracias, encantada de que te haya gustado... y sí, tienes toda la razón ¿que es la moral?, y ¿quien es nadie para juzgar?
ResponderEliminarYo te mando a México también muchos besotes, por supuesto, de esos supergordos cargaditos de cariño.
RMC, muchisimas gracias por el comentario, pero sabes, el placer ha sido mio al pasar por tu blog... !que bonito por dios! y !qué gozada el leerte!.
ResponderEliminarBuen finde para tí también.
Un besote, como aquí decimos en plan castizo, bien despachao, que evidentemente es, un besote bien gordo.
No había podido leerlo hasta ahora. Tu vena literaria es muy buena. En el texto has sabido retratar, y lo más importante, transmitir lo que siente (soledad, repudio) la chica que simplemente sobrevive y quiere ser independiente. Todo eso desde el punto de vista más humano, ni soez ni escabroso y, también importante, sin hacer juicio de valores. Tan sólo el sentimiento.
ResponderEliminarMe ha gustado.
MANEL, millonazo de gracias por el comentario... sí, efectivamente es un relato duro y humano, muy humano, prima eso, y ante todo exento de juicios de valor porque ¿quien es quien para juzgar a nadie?
ResponderEliminarUn besote, por supuestisimo, de esos bien gordos