Querid@s bloggers, hoy, mi primer micro relato..... A las siete menos diez, como normalmente a diario de lunes a viernes se abrió el ascensor y entró ella, como siempre buscando algo en su bolso, como siempre, volviéndose hacía el espejo.
Siempre pensaba amablemente en estos momentos, condescendiente siempre, allí, en ese metro cuadrado preñado de espejos, y no recordaba ni cuando ni donde ni porque había dejado de pensar, -como el resto-, que el ascensor era un lugar frío, inhóspito y hasta ridículo, un cuchitril claustrofobico que solo es aceptable porque cumple su función de ahorrar escaleras, sin embargo a ella le parecía amigable, sobre todo, a esa primera hora de la mañana, a esa hora en la que buscando en su bolso lo miraba y se miraba.
Claro que había sentido a veces esa sensación incómoda de cruzar miradas con algún vecino y nada de que hablar, ni tan siquiera el manido tema tiempo, tan socorrido en la fugacidad del viaje al 5º o al -1, pero a esa hora, hablaba el silencio mientras todo dormía, la casa dormía, los pasillos dormían, el rellano dormía y el ascensor, vivo e insolente, la llamaba con su luz y sus espejos, invitándola a entrar y provocándole siempre la primera sonrisa, cuando, al sacar por fin del bolso su barra rouge Gabrielle de Guerlain se pintaba los labios mirándolo, mirándose.
Al llegar al bajo, la última mirada como un guiño antes de cerrarse las puertas, luego, cinco pasos hacia la salida, por el portal, respirando, -que suene la claqueta- un, dos, tres, acción: !a por el día!.
Sed felices. Mil besitos
Pues me ha encantado...Me he podido ver e ese ascensor. Yo ayer me estrené en el mundo de los cuentos. Nunca se me había ocurrido, y al contemplar la imagen que puse de ilustración empezó a salir todo a borbotones.
ResponderEliminarY ya te lo digo, este es tu `primer relato, pero no será el último.
Muchos besitos preciosa.
estupendo amiga mia...me ha gustado y como ana me he visto en esa situacion...un abrazo gordo gordo
ResponderEliminarMe ha gustado mucho lo bioen que has retratado esos instantes en que bajas en el ascensor para encaminarte hacía un nuevo día.
ResponderEliminarAnímate a publicar más relatos.
Un abrazo.
Que bien!!!...me imaginé a tu personaje, con su boquita roja, su seguridad en la mirada y sus ganas de comerse el mundo
ResponderEliminarBravísimo!!!
Besos.
Quedo pensando que si te animas puede tener una continuación ¿romántica? ¿de suspense? ¿...?
ResponderEliminarHa estado muy bien tu estreno, ahora que ya te has lanzado no pares.
Un gran abrazo.
ANA, muchísimas gracias por el comentario, reina, encantadísima de que te haya gustado; y, ya que éste es el primero, ahora !a por el segundo!
ResponderEliminarUn besote, como tu bien sabes, de los gordos
ALIJODOS, muchas gracias por el comentario Jose, muchísimas gracias, de verdad.
ResponderEliminarUn besote, de los supergordos
JOSE LUIS, millonazo de gracias por el comentario y por esos ánimos a escribir nuevos relatos, que me saben especialmente bien por venir de quien vienen, maestro... Gracias
ResponderEliminarUn besote, por supuestisimo, de los gordos
Qué buena manera de disponerse ante un nuevo día! jejeje
ResponderEliminarBesitos.
Todos los dias a las siete y media de la mañanaago lo mismo,pero nunca lo vi asi,solo veo una cara que aun no esta lo suficientemente despierta como para salir a la calle,de ahora en adelante me acordare de tu relato,gracias
ResponderEliminarSi este es el primero, ya estamos esperando el segundo.
ResponderEliminarHas conseguido llenar un vacío ambiental dándole dinamicidad a algo tan simple y cotidiano como utilizar un ascensor.
Enhorabuena.
Un beso
ZAYI, millonazo de gracias por el comentario, reina mía, más que millonazo, por dios Zayi que ese bravisimo me sube hasta los colores, y más viniendo de vos, que ya sabes tú que escribes como los ángeles porque te lo digo y con razón... muchísimas gracias.
ResponderEliminarUn besote, de esos supergordos
ALHENA, muchísimas gracias corazón por ese comentario, de verdad... no había pensado en la continuación, pero efectivamente a éste primero puede venir otro continuándolo... después de salir del portal, con su boquita pintada y dispuesta a comerse el día, con lo que depare, o... a un hombre, pues mira, lo voy a pensar.
ResponderEliminarUn besote gordísimo, como tú ya sabes, de esos llenitos a rebosar de cariño
Pues tal y como lo has contado, el ascensor mola.
ResponderEliminarYo es que soy más de escaleras. Ya sean 7 pisos...
jajajaja
Muchos besos, guapísima!!!
NEO, millonazo de gracias, reina, millonazo... y sí, claro que sí, nada como comenzar el día con la boquita pintada, segura de sí misma y dispuesta a comerse el día con lo que el día depare... así, pisando fuerte, en positivo
ResponderEliminarUn besote, ya sabes, de los gordos
PANCHU, muchisimas gracias por tu comentario, corazón... sí, ya sé hija mía que las siete de la mañana son las siete de la mañana, y que día tras día cuesta arrancar !como no!, pero sabes, parece una tontería pero una barra de labios levanta el ánimo y de que manera, como que se ve el día mejor con la boquita pintada para ti misma, por ti... qué, muchísimas gracias, de verdad
ResponderEliminarUn besote de esos bien gordos
Me gustó mucho tu relato Apm, en especial la vitalidad que emana al salir del ascensor dispuesta a enfrentar un nuevo día!
ResponderEliminarBesitos,
MIGUEL, muchas gracias por el comentario, de verdad, muchas, muchísimas... la verdad es que si no hay dos sin tres, también será que no haya uno sin dos, y, en ese sentido, ya vendrá el siguiente... muchísimas gracias por esa enhorabuena que me saca los colores y me pone colorá.
ResponderEliminarUn besote, por supuestisimo, de los gordos
Di que si, asi se afianza el comienzo de un buen día. Mirate en el espejo de ese ascensor y comienza un segundo microrelato cuanto antes, lo haces muy bien. Un beso
ResponderEliminarel ascensor y el retrovisor del auto son las ultimas oportunidades de terminar el maquillaje, muy real, muy femenino, hermoso, te abrazo querida amiga
ResponderEliminarLOURDES, muchísimas gracias reina, por ese comentario... así que mola el ascensor aunque no lo cojas !eh!, ja,ja,ja,... anda que vales un imperio
ResponderEliminarUn besote, como puedes suponer, de los gordos
SOÑADORA, mil gracias corazón por el comentario, encantadísima de que te haya gustado, especialmente esa vitalidad de enfrentarse al día... es que, con la boquita pintada y segura de sí misma, afronta una el día y lo que le echen.
ResponderEliminarUn besote mi reina, de esos que son supergordos
Felicidades,y espero los siguientes relatos.
ResponderEliminarEstan interesantes las lineas,y no dejé de leer,hasta el final.
recibe un abrazo con cariño desde México.
Me ha gustado mucho este micro en el que congelas un momento decisivo del comienzo del día de esa mujer, que se prepara con sus armas a enfrentarse con su rutina. Es como el ritual del guerrero momentos antes de salir a luchar y se cerciora de llevar las armas adecuadas. Ese lápiz de labios le da el último toque de seguridad antes de que suene la claqueta e irrumpa en el escenario de la vida para representar su papel.
ResponderEliminarEstupendo.
Besos
SALMORELLI, millonazo de gracias por el comentario, maestro, pienso seguir el consejo a pie juntillas... !a por el segundo!
ResponderEliminarUn besote, por supuestisimo, de los gordos
ABUELA, muchísimas gracias por el comentario, de veras, encantadita estoy abu de que te haya gustado.
ResponderEliminarUn besote, ya sabes, supergordísimo
MARUCHA, muchas gracias reina por tu comentario y tus ánimos para los siguientes, ahí andaré, espero no defraudarles... gracias, gracias
ResponderEliminarUn besote, como tu ya sabes, de esos gordos y sonoros
ANDRES HERNANDEZ, millonazo de gracias por ese comentario tuyo, así es, tal cual lo comentas, esa boquita pintada es un gesto de seguridad antes de salir a por el dia, a representar su papel, como el ritual del guerrero antes de salir a la arena, justo
ResponderEliminarUn besote, por supuestisimo, de los gordos
Xvree tu relato, tambien el Blog y tambien tu presentacion
ResponderEliminarsegurire tu blog
Saludos
Pues... me ha gustado mucho tu "bajada en ascensor" pero permíteme que siga siendo de l@s que piensan que, aunque es muy práctico, es un pequeño espacio incómodo cuando algún vecino te acompaña, jejeje.
ResponderEliminarUn besazo muy gordo.
Encontrar una sonrisa perdida en un frío ascensor, en los primeros compases de la madrugada, es algo inédito. Pero que eso sea punto de partida para comerse el día a bocados, es cuanto menos magia!
ResponderEliminarUn beso, me uno a tu causa, feliz de compartir relatos!
Robert.
MARKUS, muchísimas gracias por el comentario, encantadisima estoy de que te haya gustado este micro y el blog,
ResponderEliminarUn besote gordo
BLUE, millonazo de gracias por tu comentario, reina mía, pero que millonazo... ja,ja,ja, bueno, sí, es desde luego un cuchitril incómodo como tú dices, si te acompaña según que vecino, no todos...ja,ja,ja,
ResponderEliminarUn besote guapísima, ya sabes, de los gordos
ROBERT, muchísimas gracias por el comentario, corazón, y bienvenidísimo a este blog compartido, eh!... sí, algo inédito empezar tan de madrugada como tú dices, comiéndose el mundo, pero ¿que quieres?, con la boquita pintada y un puntito de seguridad, se puede conseguir la magia, claro que sí, que caramba.
ResponderEliminarUn besote de esos gordos
Hola apm; antes que todo, quiero agradecer tu comentario, eres muy linda persona conmigo siempre; si, ser profesora es cuestión de amor y la verdad, la afortunada soy yo al tener esos alumnos maravillosos. Tu relato es genial, me gusta la libertad y espontaneidad con la que escribed, le das un toque hermoso a tu blog. Te mando un beso y te sigo viendo por aquí; hasta pronto.
ResponderEliminarHola guapa. Gracias por tu visita en mi blog. ¿Sabes que yo tb he publicado un microrrelato sobre un ascensor? el mío era de miedo. Si te apetece te paso el enlace.
ResponderEliminarBuen relato, sigue contándonos historias.
Un abrazo.
Apm.Gracias por tu comentario, Julia es muy fuerte pero a veces se viene abajo y es normal... además son jóvenes ambos...
ResponderEliminarMe imaginó a esas horas viendo el personaje...Lo has escrito muy bién y además es muy creible y esas historias llegan ...¡Felicidades!. Que tengas una estupenda semana, por el norte hace mucho frío graniza y está gris.Un abrazo muy fuerte y muchas gracias por todo.
JANYS, mil gracias por el comentario corazón, en mi familia hay profesores y la verdad, es una profesión hermosa, vocacional, difícil, gratificante e importantísima para la formación de niños y jóvenes... yo siempre recordaré con sumo cariño y bondad infinita a mi maestra doña Mati, una maestra maravillosa donde las haya que yo tuve en primaria, ya está jubilada, pero aún así, sigue siendo nuestra maestra. En cuanto al micro relato, muchísimas gracias, celebro que te haya gustado.
ResponderEliminarUn besote, ya sabes, de los gordos
MARINA, muchísimas gracias por el comentario, claro que sí, que me apetece leer tu micro del ascensor, por supuestisimo... lo primero que leí tuyo fue una entrada sobre los programas basura que hacen que tu cabeza y tu estómago te prohiban ver la tele... a mí también... sobre el microrrelato, pues que decirte, encantadita estoy de que te haya gustado, encantadísima, de verdad.
ResponderEliminarUn besote, por supuesto, de esos bien gordos
ANGELA, millonazo de gracias por el comentario, reina, sí, la verdad que lo de Julia y su marido es tremendo, nada de extrañar que Julia se venga abajo, es normal... muchísimas gracias por esa felicitación sobre el microrrelato, entre todos vais a sacarme los colores... gracias, de verdad. Por aquí no llueve, -con la falta que nos hace-, y el invierno se presenta cálido, normal por otra parte en año de sequía, a mí, realmente lo que me gustaría fíjate es que nevara, ver nevar, aunque ya se que pedir ver nevar en Sevilla es como lo de peras al olmo... menos mal que tenemos Granada aquí cerquita para poder ver la nieve
ResponderEliminarUn besote, como siempre, gordo
Es cierto, es cierto... es que yo no he tenido la suerte de tener "ese otro tipo" de vecinos, jajaja. Necesito una terapia de choque de este tipo para cambiar de opinión... jejeje.
ResponderEliminarBesazos.
Es un texto donde nos demuestras que ese tránsito diario del que usa ascensor, puede tener su lado positivo, ¿por qué no?
ResponderEliminarDescribes perfectamente la sensación que el "animal" de dos patas experimenta cuando se ve obligado a compartir la cabina del ascensor y ve su espacio vital invadido.
Utilizas expresiones personales que más adelante servirán para que identifiquemos otros textos, que seugro estoy que vas a hacer...
preñado de espejos, que suene la claqueta- un, dos, tres, acción: !a por el día!
BLUE, ya te comprendo... ja,ja,ja, ¿te imaginas que fuéramos vecinas de Carmelo Gomez, por poner un ejemplo?, anda, que el ascensor estaría hasta la bola, no daría abasto el pobretico (se entiende, el ascensor)... ja,ja,ja,... vecinos y terapias de choque...
ResponderEliminarUn besote guapísima, que has tenío to el arte!
MANEL, muchísimas gracias por el comentario, corazón... sí, el ascensor, como todo, puede tener su lado positivo, todo depende... con la boquita pintada, el ascensor para tí, con seguridad en la mirada, sonriendo, te comes al ascensor y al mundo, con y sin claqueta... aunque mejor con claqueta !sin duda!
ResponderEliminarUn besote, ya sabes, de los gordos
amiga,te dejé un regalo navideño en mi blog espacios culturales de tampico y cd. Madero.
ResponderEliminarrecibe mi cariño.
MARUCHA, muchísimas gracias por el regalo, ya lo tengo... millonazo de besos, ya sabes, de esos gordos y sonoros
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